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Por Aaron Salomón

A estas alturas, el apoyo al presidente Pedro Castillo debería reducirse a dos razones: una estupidez incurable o una deuda por algún favor obtenido. En este último motivo se ubican los congresistas sindicados por la Fiscalía como ‘Los Niños’, quienes han blindado con sus votos al mandatario a cambio de puestos de trabajo para sus allegados o de obras públicas para determinados consorcios. Por lo pronto, son investigados por el Ministerio Público los legisladores acciopopulistas Raúl Doroteo, Elvis Vergara, Juan Carlos Mori, Jorge Luis Flores, Darwin Espinoza e Ilich López, todos por ser presuntos miembros de la organización criminal que lideraría Castillo.

Pero no son solo 6 “niños”, sino 12, según César Nakazaki, o hasta 19, de acuerdo a los testimonios de colaboradores eficaces. Aquí es necesario diferenciar las tratativas políticas de los delitos que pudieran existir. Me explico: es diferente que un legislador del partido oficialista Perú Libre votara en contra de vacar al chotano, que un supuesto opositor de Acción Popular haya hecho lo mismo como trueque para recibir alguna dádiva.

De todas formas, ante todas las pruebas contenidas en la denuncia constitucional que planteó la valiente fiscal de la Nación, Patricia Benavides, contra Pedro Castillo, no votar a favor de la tercera moción de vacancia es confesar prácticamente ser un “niño” -o admitir ser un estúpido, que es mucho peor-.

Es una cuestión profiláctica defenestrar a Castillo, dado que, si este continúa en el poder, seguirá obstruyendo la labor de la Fiscalía y del Equipo Especial de la PNP, liderado por el coronel Harvey Colchado, para quien ya ha solicitado su injustificado pase al retiro. Basta con recortarles el presupuesto -como viene ocurriendo- para entorpecer su labor y evitar así que las investigaciones continúen o que se capturen a los prófugos Juan Silva, Fray Vásquez y Alejandro Sánchez.

Al profesor rural ya se le ha hecho costumbre bloquear el accionar de la justicia. En la denuncia constitucional presentada por la brava fiscal Benavides, se advierte, por ejemplo, que Pedro Castillo ordenó apagar las cámaras de Palacio para reunirse a escondidas con ‘Los Niños’ y quemar toda evidencia que lo vinculara al empresario Samir Abudayeh, quien ganó un millonario contrato para vender biodiésel a Petroperú después de visitar la sede del Ejecutivo. Fue Beder Camacho, que se habría acogido a la colaboración, el encargado de tal oscura misión, guardando para él material como seguro de vida. Todos hemos sido testigos, además, de cómo el personal de Castillo impidió la entrada de fiscales y policías a la Casa de Pizarro para detener a su cuñada/hija, Yenifer Paredes.

Si Pedro Castillo es vacado, podría el Congreso iniciar el juicio político en su contra por la supuesta comisión de los delitos de organización criminal, tráfico de influencias y colusión, como plantea la denuncia de la titular del MP, sin las limitaciones del artículo 117 de la Carta Magna. Incluso, para evitar que siga entorpeciendo la justicia, Castillo podría ser detenido preventivamente. De no prosperar la vacancia, el Parlamento tendría, entonces, que suspender (artículo 114 de la Constitución) al dignatario para que ocurra lo antes mencionado. Veremos quién es quién en los siguientes días.

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