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Continúan las improvisaciones del nuevo Gobierno y Presidente electo Gustavo Petro en unión de sus seleccionados asesores.  Un alarde impresionante de «ahora mando yo» o «yo soy el que sabe cómo es la cuestión», etc.

Hoy (24 de julio) nos despierta el Presidente electo, Petro, con esta joya:  Mal utiliza, -muy amañadamente-, el término conflicto, que es forma genérica, para referirse a una acción específica: invasión de tierras.

Ejemplo: Nunca hubo inicialmente, un «conflicto» entre Rusia y Ucrania.  La realidad es que Rusia invadió a Ucrania y como consecuencia se originó el conflicto que hoy en día nos tiene horrorizados por causa del salvaje «oso ruso», que no quiso dialogar, ni antes ni después de esa invasión.  Ya habían acordado ayer, rusos y ucranianos que se iba a despachar cereal desde Odessa. Hoy los rusos bombardearon el puerto de Odessa.

Acontece que en el Departamento del Cauca -Colombia-, en el Municipio de Padilla, algunos indígenas de la zona, tomaron la decisión de ocupar ingenios azucareros.  (Fíjémonos en ese eufemismo presidencial: Tomaron la decisión, a cambio de, invadieron.   Todas estas manifestaciones-, son un reflejo de la manera solapada, como el presidente electo transmite la información).

Agrega la noticia, que los trabajadores  se opusieron, generando fuertes altercados de parte de los «inocentes indígenas», quienes inclusive, prendieron fuego a materiales y equipos, afectando en esos momentos, la producción de azúcar y la jornada de los trabajadores.

Entonces, con gran desparpajo, nuestro electo presidente, dice: «Toda solución al *conflicto* debe pasar antes que nada por el diálogo.  -Y continúa-  Invito al Movimiento Indígena, a Asocaña y a los movimientos sociales del Norte del Cauca a iniciar el primer diálogo regional de Colombia por la Paz».

O sea, según el ranking cerebral de nuestro Presidente electo, no hay que dialogar antes de invadir, sino que cuando tomaron la decisión de ocupar, y ocuparon,  entonces, ahí sí, vendría -posteriormente- el diálogo. Qué belleza de pensamiento lógico, para llegar a la paz… Igual que el pensamiento de Carlitos Marx y de Lenin, además de fascista y neonazi.

Pero ya está entendido. Y para demostrarlo, hacemos esta extrapolación, sin que haya ánimo ofensivo, más que aplicar aquí, las conclusiones del Presidente electo: Supongamos que alguien tomó la decisión de intimar con la madre, o con la esposa, hermana o hija de un Presidente electo, en contra de la voluntad de cada una.  A partir del final de la acción, en ese momento, se presenta un conflicto, para lo cual, cualquiera de las afectadas, se sentará a hablar con el ejecutor de la acción, en un diálogo por la Paz.

Qué belleza de deducción lógica ¿ A dónde nos llevará, esa forma de raciocinio ?

¿A dónde nos va a llevar ese tipo de pensamiento?  ¿Esa nueva Ley ?  ¿Es que no hay instituciones democráticas en Colombia, Cortes de Justicia, como para que a la brava, según la recomendación del electo presidente, se acepte que «primero se invade y después se dialoga»?

O sea, ¿Cuál es el “avalú”* jurídico, como para ejecutar la acción llamada eufemísticamente, mañosamente: «decisión de ocupar», unos terrenos y una empresa en funcionamiento, que bien o mal habida, estaba escriturada y por ello es propiedad privada?

Entonces, me parece repugnante, bochornosa, asquerosa, sucia, la forma como nuestro exguerrillero del M-19, aplica su forma de respeto a la propiedad privada que dice respetar.

¿Será que después de la experiencia de la «ocupación» de este Ingenio azucarero, ¿seguirá el otro y el otro y el otro?

Cabría preguntarle al presidente electo: ¿Aquí entre nos, dínos la verdad, aún no has dejado de ser guerrillero?  ¿Vistes de civil, pero tu cerebro sigue vestido de guerrilla?

(*) Miembro A.I.E.L.C.

The post Por: ALTER B. HIMELFARB W. / Colombia, tierra querida (X) appeared first on La Razón.