Fuerzas del orden se vieron forzadas a retirarse a pie del distrito de Desaguadero.
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No hay respeto por la ley. Una turba de aproximadamente 300 violentistas se enfrentó ayer a un contingente de policías y militares en el distrito de Desaguadero, Puno, con la finalidad de expulsar a estos últimos de la zona. La justificación del accionar de esos sujetos era el evitar que se desbloqueen las vías circundantes.
Los oficiales fueron interceptados por la turba cuando descendían del mirador del cerro Cristo Blanco. Minutos antes esta delegación conjunta se había dirigido al puente Carancas, en la frontera con Bolivia, donde las autoridades policiales de ese país entregaron a Omar Enrique Barrera Barrientos, un requisitoriado por la justicia peruana por tráfico ilícito de drogas.
Entre empujones y gritos como “fuera”, “lárguense de aquí”, “no los necesitamos”, el grupo de extremistas logró retirar a los uniformados de la zona, quienes tuvieron que caminar varias horas para llegar a su destino final.
Incluso durante el enfrentamiento, este grupo de subversivos, que acatan una “huelga” desde el pasado 4 de enero en dicha localidad de Puno, secuestró al teniente Luis Alberto Rodríguez Monzón y lo condujeron hasta el desvío Lupaca – Desaguadero. No obstante, el oficial fue rescatado por un convoy con 30 agentes.
“Estos señores nos creen ignorantes. Han humillado a nuestros hermanos de Laraqueri. Han usurpado sus terrenos. Machos se creen con sus armas y carros blindados. Han disparado desde helicópteros. Nos tildan de terroristas y ponchos rojos. Nos hacen guerra psicológica, como si no fuéramos peruanos. Simplemente, no van a entrar”, dijo uno de los subversivos a un medio de comunicación.
Puno no ha dejado la violencia pese al control militar en la región. En la provincia de San Román, vándalos incendiaron ayer una camioneta del Serenazgo y tres motocicletas de la comuna de Las Casuarinas. También se registraron enfrentamientos en la vía Puno-Juliaca, en el sector Alto Puno.
Los enfrentamientos del jueves último en los exteriores del aeropuerto Inca Manco Cápac, de Juliaca, terminaron con 35 heridos, incluidos 26 policías, seis de los cuales debieron ser trasladados a hospitales de Lima.
Esta y otras turbas de violentistas que han bloqueado carreteras, han intentado tomar aeropuertos y se han enfrentado a las fuerzas del orden tanto en Puno como en otras zonas del país se encuentran en una supuesta “protesta” para exigir la renuncia de la presidente Dina Boluarte, el cierre del Congreso, el adelanto de elecciones y la convocatoria de una Asamblea Constituyente para la redacción de una nueva Constitución.
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