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Por su trascendencia para el fortalecimiento de la memoria histórica y construcción de la identidad cultural

Las raíces de esta expresión cultural tienen un origen ancestral y prehispánico.
Las raíces de esta expresión cultural tienen un origen ancestral y prehispánico.

    

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la expresión cultural Carnaval Amazónico de Iquitos, de la provincia loretana de Maynas, en virtud de la importancia y trascendencia que esta festividad tiene para el fortalecimiento de la memoria histórica y la construcción de la identidad cultural, así como para el fomento de la unión y sentido de pertenencia de la población iquiteña.

La respectiva Resolución Viceministerial N° 000126-2023-VMPCIC/MC, fue publicada en el Boletín de Normas Extraordinarias del Diario El Peruano; y lleva la rúbrica de la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Haydeé Victoria Rosas Chávez.

En los considerados se menciona que actualmente el Carnaval Amazónico de Iquitos se desarrolla en determinados puntos, se festeja los días sábado y domingo anteriores a la cuaresma, mientras que en otros se celebra exactamente los tres días antes de la cuaresma, iniciando el domingo y terminando el martes, siendo al día siguiente miércoles de ceniza. 

Estas celebraciones implican la organización de cuadrillas o grupos de pobladores organizados por sectores o zonas, quienes durante los días del carnaval se agruparán y formarán un gran contingente para “pandillar” alrededor de todas las húmishas (árbol adornado con diferentes productos) a las que sean invitados, ya que la música y baile principal del carnaval se denomina pandilla. 

Las cuadrillas son dirigidas por un capataz, quien a su vez coordina con otros capataces para formar el contingente que visitará las húmishas, que destaca dentro de toda la celebración de la festividad el día domingo, pues ese día las personas ya están disfrazadas y enmascaradas para ocultar su identidad, mientras comen, beben y danzan alrededor de la húmisha. 

También visitan otras húmishas vecinas. Por la noche, retornan y al ritmo de la pandilla, al igual que del chimayche y el bombo baile, danzan nuevamente alrededor de su húmisha. Utilizando un hacha pequeña o machete, que va de mano en mano, van cortando la húmisha hasta su caída, la cual se direcciona con el manejo de las sogas que la equilibran. 

Inmediatamente, las personas se acercan a sacar los objetos o regalos que colgaban de la húmisha, se quitan las máscaras y continúan con la fiesta, hasta el día siguiente. 

Cabe mencionar que se da por hecho que la persona cuyo corte tumbó la húmisha, asume la obligación ante sus vecinos de ser el coordinador principal de esta actividad el año siguiente, durante el carnaval.

El Carnaval Amazónico de Iquitos en trascendental para los habitantes de esta zona del país. De acuerdo a la información provista, las raíces de esta expresión cultural tienen un origen ancestral y prehispánico, pues este carnaval es el resultado de la fusión de fiestas tradicionales de los pueblos amazónicos originarios, con festividades cristianas traídas a estas latitudes por los misioneros religiosos europeos. 

Asimismo, el Carnaval Amazónico de Iquitos actual es el resultado de distintas etapas de desarrollo y apropiación social y política de esta festividad, que en su momento significó la división entre “plebeyos” y “aristócratas”, hasta que se consolidó como una fiesta popular y masiva.

La resolución encarga a la Dirección de Patrimonio Inmaterial, en coordinación con la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Loreto y la comunidad de portadores, la elaboración cada cinco años de un informe detallado sobre el estado de la expresión cultural declarada, de modo que el registro institucional pueda ser actualizado en cuanto a los cambios producidos en la manifestación, los riesgos que pudiesen surgir en su vigencia, y otros aspectos relevantes, a efectos de realizar el seguimiento institucional de su desenvolvimiento y salvaguardia, de ser el caso.