José Enrique Escardó Steck, el primer denunciante de los abusos del Sodalicio de Vida Cristiana, se reunió con el papa Francisco este viernes 24 de enero para contarle su historia, agradecerle por la disolución de esa “sociedad” y ofrecerle seguir trabajando para identificar los tentáculos que aún quedan.

De su encuentro con el sumo pontífice salió visiblemente conmovido. Dijo que el papa Francisco no estaba en postura de autoridad, que lo escuchó entre molesto y triste. Y que le dijo que trabajará de la mano del padre Jordi Bertomeu. También le pidió que siga adelante: “No tengas miedo”, le dijo.

Escardó cuenta que tanto el papa como Bertomeu -quien es el comisario que seguirá con la investigación- le dijeron que el proceso tomará tiempo y que hay que seguir un procedimiento para que se haga bien.

Él trabajará con el sacerdote para identificar los tentáculos aún extendidos del Sodalicio. «Es una organización muy atomizada que supo proteger sus bienes, miembros y exmiembros, y hay que identificar muy bien lo que es del Sodalicio, pero no lo parece», dijo. No solo «propiedades y negocios, sino personas metidas en política de Perú, el poder judicial o el Ministerio Público», añadió.

¿Quién es JEES?

José Enrique Escardó Steck es aquel adolescente católico que, a escondidas de sus padres, estudiaba teología en el Sodalicio de Vida Cristiana, desde las seis de la mañana. A Santo Tomás de Aquino y la Suma Teológica, también eclesiología, cristología, mariología. Todos pensaban que estudiaba en la Universidad de Lima.

Pero también es el joven qu,e por su forma de hablar, los tatuajes que lleva y hasta por su forma de vestir, fue señalado por los miembros del Sodalicio como satánico. Lo cierto es que él se confiesa ateo porque, así como en el 2000 fue la primera persona que denunció al Sodalicio, en el 2003 fue el primero en pedir su excomunión a la Iglesia Católica.

También en el 2024 fue el primero en conseguir una sanción para los ‘curas trolls’, entre ellos, el sacerdote español Francisco José Delgado, quien era muy activo en las redes sociales, y lo hizo blanco de sus ataques. Mas tuvo que dejar de hacerlo, por órdenes del Vaticano, a raíz de una denuncia que puso Escardó.

Y también es el presidente de la Red de Sobrevivientes Perú y del Movimiento de Valientes Latinoamérica y el Caribe.

Una vida de maltrato y persecuciones

En febrero del 2019, José Enrique Escardó denunció ante la Comisión Investigadora de Abusos Sexuales contra Menores de Edad en Organizaciones lo que vivió en su juventud cuando era miembro aspirante del Sodalicio de Vida Cristiana.

“Por el camino a la obediencia que diseñó el Sodalicio, los aspirantes, como castigo, debían lavar los servicios higiénicos con las manos, sin guantes. Y con esa misma agua lavarse la cara. O permanecer por semanas ingiriendo lechugas y agua, dormir por meses en una escalera o escribir 10 mil veces una consigna de castigo”, refirió.

El maltrato no solo era psicológico, sino también físico y emocional. Dijo que él se enteró luego de los abusos sexuales que, en su caso, no llegaron a suceder, “pese a que en una oportunidad lo examinó físicamente su director espiritual”.

Contó cómo Alfredo Dracen, “su guía y formador espiritual, le hizo pruebas de valor con una navaja en el cuello. Luego, punzándole y haciéndole piquetes en el pecho con la misma navaja, lo calificó de maricón, porque lloró ante la prueba”.

Además, Escardó acusó a este grupo religioso de influenciar para cerrarle oportunidades laborales, por lo que solicitó apoyo para sacar adelante a su familia.

Ministerio Público no tomó acciones

Escardó Steck, quien es periodista, es hijo de Enrique Héctor Escardó Vallejo-Gallo, fundador y director de la revista Gente, influyente revista que circuló por 60 años en el Perú.

Fue en esta publicación donde José Enrique, a través de una columna, reveló por primera vez los abusos que se cometían al interior del Sodalicio. Pero, según resalta, el Ministerio Público no actuó de oficio una vez iniciadas las denuncias.

Hoy en día, el papa Francisco, tal como lo anunció, ha dispuesto la disolución del Sodalicio después de que, en agosto pasado, el Vaticano expulsó a su fundador, Luis Fernando Figari, debido a las investigaciones que lo señalan como culpable de abusos.

Aunque Escardó asegura que la decisión de disolver el Sodalicio llega tarde, da la bienvenida al proceso, y aseguró que trabajará con el Vaticano y las autoridades hasta su disolución formal. Pidió, para ello, conectar los pasos del Vaticano con los sistemas judiciales de Perú y los países donde SVC tuvo presencia.

“También se deberá trabajar «para cuidar a los inocentes que aún están dentro del Sodalicio, porque van a perder su comunidad y necesitan hacer una transición sin daños», alentó.

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