La reapertura de la avenida Andrés Avelino Cáceres, luego de una intervención de 45 días, ha sido celebrada por comerciantes, autoridades y vecinos. Sin embargo, el nuevo rostro de esta arteria comercial en el corazón del emporio arequipeño viene acompañado de una demanda por parte de los comerciantes: mayor control sobre el comercio ambulatorio que, según los dirigentes, amenaza con deteriorar nuevamente la transitabilidad y limpieza alcanzadas. Representantes del sector comercial han manifestado que el orden y la seguridad deben consolidarse con una presencia continua de fiscalización y patrullaje.
Diversas organizaciones de comerciantes y dirigentes de mercado subrayaron que el esfuerzo conjunto entre municipalidades, Policía Nacional y sectores organizados no debe detenerse con la conclusión de la obra. Exigieron que se intensifiquen los operativos contra ambulantes informales, las denominadas «loncheritas», y que se garantice el cumplimiento de acuerdos previos como el convenio con la Municipalidad Provincial para contratar fiscalizadores. Señalaron que la falta de control afectaría directamente la imagen y funcionalidad de la plataforma comercial más importante de Arequipa.
Sobre la limpieza, el alcalde distrital, Fredy Zegarra Black, remarcó la importancia del cuidado de la avenida, quien sostuvo «No basta con limpiar más, sino con ensuciar menos». Se ha dispuesto la asignación de una compactadora permanente para la zona, pero también se llamó a los comerciantes a asumir su parte del compromiso para conservar el orden y la limpieza del entorno comercial. La corresponsabilidad, aseguran, es clave para consolidar los avances.
Coordinación interinstitucional y sostenibilidad de los avances
También advirtió que la sostenibilidad de esta transformación depende de mantener ese trabajo conjunto. Las autoridades reiteraron su compromiso de fiscalizar de forma permanente, mientras que los comerciantes exigieron que no haya más “pases de responsabilidad” entre instituciones. La avenida Avelino Cáceres, recalcaron, debe convertirse en un modelo de orden urbano y no volver al caos que la caracteriza durante décadas.