Arequipa fue escenario de dos feminicidios durante el último fin de semana. Al momento, se ha detenido al responsable de uno, y el otro victimario se quitó la vida antes de ser detenido.
Primer caso: familia destrozada en Yura
Un adolescente de 15 años descubrió los cuerpos sin vida de sus padres al regresar del colegio a su vivienda en el distrito de Yura, Arequipa. Las autoridades confirmaron que se trataría de un feminicidio seguido de suicidio.
La víctima, identificada como Martina Apaza Ticona (46), presentaba signos de estrangulamiento, mientras que su presunto agresor, Jhon Vilca (38), fue hallado sin vida con lesiones en el cuello. La pareja dejó en orfandad a cuatro menores, quienes recibieron apoyo de vecinos de la Asociación APPIAR.
Según testigos, el crimen habría ocurrido tras una violenta discusión. La Policía Nacional del Perú (PNP) y el Ministerio Público continúan las investigaciones, mientras los cuerpos fueron trasladados a la morgue central de Arequipa.
Segundo Caso: joven embarazada asesinada en Chiguata
Horas después, el cadáver de Carla Chiguay Quispe (24), quien estaba embarazada de cuatro meses y medio, fue encontrado dentro de un costal en un paradero del distrito de Chiguata. Un transeúnte alertó a la policía tras notar el macabro hallazgo.
Las pesquisas llevaron a la detención de Nicanor Vilca (18), pareja sentimental de la víctima y principal sospechoso. Según la Fiscalía, el crimen habría ocurrido tras una discusión por la negativa de Carla a interrumpir su embarazo. Vilca, técnico en enfermería, habría trasladado el cuerpo en un taxi, simulando llevar «carne de alpaca».
El taxista que lo transportó dio la pista clave para su captura en Paucarpata. La autopsia confirmó que Carla murió por asfixia mecánica, con signos de tortura.
Estos crímenes han generado indignación en Arequipa, donde colectivos y autoridades exigen medidas urgentes contra la violencia de género. La Fiscalía aseguró que seguirá las investigaciones para garantizar que los responsables enfrenten la ley.
Mientras la ciudad clama por justicia, estos casos revelan una triste realidad: el feminicidio sigue cobrando vidas en el Perú, incluso en una región históricamente tranquila como Arequipa.