A tan solo 13 kilómetros de Tarapoto, en la carretera hacia Yurimaguas, se encuentra el vivero de la Asociación de Conservación y Protección Ecológica Alto Ahuashiyacu, un espacio dedicado a la restauración ecológica en la región de San Martín. El vivero, que produce diversas especies forestales y ornamentales, se ha convertido en un componente esencial de los esfuerzos para recuperar y conservar la biodiversidad del Área de Conservación Regional (ACR) Cordillera Escalera, un ecosistema clave en la Amazonía peruana.
Vivero con enfoque en reforestación
El vivero, con una extensión de aproximadamente 30 metros de largo por 15 metros de ancho, está diseñado para cultivar plantas que contribuyan tanto a la restauración de áreas dañadas como a la conservación de especies emblemáticas. Entre las especies que se cultivan en el vivero destacan las cucardas, orquídeas, paliperro, bugambilia y cedro. Estas plantas son fundamentales para la regeneración de los ecosistemas de la zona y tienen un alto valor ecológico y ornamental.
Eric Macahuachi Salas, presidente de la Asociación de Conservación y Protección Ecológica Alto Ahuashiyacu, explicó que el vivero fue implementado como parte de un plan técnico orientado a la reforestación. “No solo buscamos contrarrestar el daño causado por el hombre, sino también reparar las afectaciones provocadas por la propia naturaleza”, destacó. Las plantaciones se destinan a la recuperación de áreas degradadas por actividades como la tala ilegal, el tráfico de flora silvestre y los efectos de fenómenos naturales, como los incendios forestales.

Impacto en la conservación del área
La Asociación Alto Ahuashiyacu lleva años trabajando en la restauración de ecosistemas sensibles dentro del ACR Cordillera Escalera. Si bien sus acciones no siempre reciben la atención mediática que merecen, el trabajo realizado tiene un impacto directo en la salud del bosque y en las condiciones de vida de las comunidades locales.
El vivero, además de producir plantas para la reforestación, forma parte de una estrategia más amplia que incluye actividades de educación ambiental y sensibilización en las comunidades cercanas. Macahuachi señaló que este trabajo tiene un valor trascendental, ya que contribuye al equilibrio ecológico de la región y al bienestar de la población que depende de los recursos naturales.
Sostenibilidad financiera mediante el turismo
Una de las claves para la sostenibilidad del vivero y las actividades de conservación de la Asociación Alto Ahuashiyacu es la gestión responsable de la Catarata de Ahuashiyacu, un atractivo turístico ubicado en la misma región. La catarata, que recibe miles de visitantes nacionales y extranjeros cada año, genera ingresos que permiten financiar diversas iniciativas de conservación, incluido el vivero.

“El manejo de la Catarata de Ahuashiyacu nos permite generar ingresos para sostener al equipo humano, la logística y la operatividad de nuestras acciones en campo. También nos permite brindar apoyo al Proyecto Huallaga cuando lo solicitan”, señaló Macahuachi. Los recursos generados por el turismo se reinvierten en la conservación, el mantenimiento de senderos ecológicos, y en la realización de campañas de sensibilización ambiental.
Un modelo de gestión comunitaria y conservación
La visión de la Asociación Alto Ahuashiyacu es integrar la conservación ambiental con el desarrollo comunitario y el manejo responsable de los recursos naturales. Según Macahuachi, “la labor que realizamos es fundamental. No se trata solo de conservar por conservar, sino de proteger un recurso natural que pertenece a todos”. Este enfoque refleja un compromiso con el bienestar colectivo y la preservación de los recursos naturales para las futuras generaciones.
Gracias a su modelo de gestión, que combina la reforestación, la educación ambiental y el uso responsable del turismo, la Asociación Alto Ahuashiyacu se ha consolidado como un referente regional en la conservación del ecosistema amazónico. El vivero ecológico se mantiene como una herramienta vital en la lucha contra la deforestación y el deterioro ambiental en la región.
Lea la nota original aquí o visita el medio Inforegión