Sicarios dispararon desde una moto contra un vehículo por aplicativo en el Callao; mataron a una niña y a un taxista. La madre está grave.
Una niña de apenas dos años y un taxista murieron tras ser atacados por sicarios en el Callao. La madre de la menor, embarazada y con múltiples heridas de bala, permanece en cuidados intensivos. El crimen ocurrió la noche del domingo 6 de julio cuando la familia salía de visitar a un pariente. Dos sujetos a bordo de una motocicleta interceptaron el auto y dispararon al menos once veces. La Policía presume que el ataque iba dirigido contra el conductor.
Ataque en plena vía pública
El ataque se registró en el cruce del jirón Cochrane con la prolongación Gálvez, en la Unidad Modelo del Callao. La joven madre, identificada como Sofía Martínez Paja, de unos 20 años, iba con su hija en el asiento del copiloto de un auto blanco solicitado por aplicativo. El conductor, Christian Dioses Saenz (41),murió al instante, al igual que la pequeña, quien estaba a punto de cumplir tres años. Los sicarios huyeron tras disparar sin piedad.
Testigos señalaron que se escucharon más de diez disparos antes de hallar el vehículo detenido, con la madre pidiendo ayuda desesperadamente. Sofía fue trasladada de emergencia al hospital Daniel Alcides Carrión, donde los médicos intentan salvarle la vida y la del bebé que lleva en el vientre. Su estado es crítico.
Vecinos denuncian abandono
La indignación se ha apoderado de los vecinos de la zona, quienes denunciaron ante RPP que una cámara de videovigilancia cercana no funcionaba. También señalaron la ausencia permanente de patrullaje policial. “Es tierra de nadie”, comentaron con impotencia.
El crimen no fue un asalto. La Policía Nacional investiga el caso como un ajuste de cuentas. Las primeras hipótesis apuntan a que el ataque iba dirigido al taxista. Sin embargo, los sicarios abrieron fuego sin importar la presencia de una mujer embarazada y una niña.
Crimen estructural
El caso expone, una vez más, la violencia descontrolada en el Callao y la negligencia estatal en zonas abandonadas por el sistema. No se trata de un hecho aislado. Las víctimas colaterales no son «daños colaterales»: son personas que mueren en un contexto donde el crimen organizado se impone ante una presencia policial inoperante y una seguridad ciudadana inexistente.
Mientras la investigación continúa, las familias afectadas solo reciben silencio institucional. La niña y el taxista ya no están. Sofía y su bebé luchan por sobrevivir. Los sicarios siguen libres.