Una tragedia conmovió a la región San Martín la noche del domingo 6 de julio, luego de que una miniván con siete personas a bordo cayera al río Huallaga cuando intentaba abordar una balsa cautiva en el sector Puerto Villa, ubicado en la provincia y región San Martín, se informó.


El hecho dejó como resultado la desaparición María Hortensia Panduro Chávez, una joven madre de 21 años, estudiante de Medicina Veterinaria de la Universidad Nacional de San Martín, cuyo paradero es hasta el momento desconocido.

Según declaraciones de testigos presenciales, la unidad vehicular se dirigía desde el distrito de Sauce con destino al margen opuesto del río. Al llegar al punto de embarque, ubicado en Puerto Villa, no se realizaron los procedimientos básicos de seguridad, como el descenso de los pasajeros antes de abordar la balsa cautiva. Esta práctica es usualmente exigida por los operadores fluviales para prevenir accidentes, dada la inestabilidad que puede generar el peso del vehículo combinado con el de sus ocupantes.


En ese momento, la miniván habría presentado una falla en el sistema de frenos justo al intentar subir a la balsa. Esto impidió que el conductor maniobrara adecuadamente y, en cuestión de segundos, la unidad se desvió, perdió el control y se precipitó al río. El vehículo se hundió rápidamente ante la mirada angustiada de los presentes.

Tras el impacto, la comunidad reaccionó de inmediato. Operadores de botemotores y habitantes del sector se lanzaron al agua para intentar salvar a los pasajeros. Gracias a su rápida intervención, seis personas fueron rescatadas con vida, entre ellos un bebé de apenas unos meses, cuya salvación fue posible gracias al arrojo de ciudadanos que no dudaron en lanzarse al agua.

Pese a estos esfuerzos heroicos, una joven madre que viajaba con su bebé no logró salir a la superficie. La joven, identificada como estudiante universitaria, es intensamente buscada por brigadas voluntarias formadas desde las primeras horas de la noche, así como por personal de la Policía Nacional y operadores locales, que utilizan embarcaciones menores para patrullar la zona del accidente.

Los ocupantes rescatados, incluido el conductor de la unidad, fueron trasladados de inmediato a un establecimiento de salud cercano, donde fueron evaluados por personal médico. Según el informe preliminar, ninguno presentaba lesiones de gravedad, por lo que fueron dados de alta horas después del accidente. No obstante, se encuentran en estado de conmoción emocional, según familiares.

Este suceso trágico ha evidenciado una preocupante omisión de medidas de seguridad básicas que, de haberse cumplido, probablemente habrían evitado la tragedia. Autoridades locales, así como operadores de las balsas cautivas, han recordado en diversas ocasiones que es obligatorio que todos los ocupantes de un vehículo desciendan antes de iniciar el cruce del río. Esta norma, destinada a reducir el riesgo en caso de accidente, no fue acatada.

Se presume, asimismo, que el vehículo no se encontraba en óptimas condiciones mecánicas, dado el reporte de fallas en el sistema de frenos justo antes del accidente. Esto deberá ser materia de investigación por parte de las autoridades competentes, quienes deberán determinar responsabilidades civiles o penales, tanto del conductor como de los encargados de permitir el embarque.

El accidente ocurrido en el río Huallaga no solo ha dejado una víctima aún por encontrar, sino que también ha revelado un patrón de negligencia que podría repetirse si no se adoptan medidas urgentes. La vida de cientos de pasajeros que a diario utilizan servicios fluviales en la región depende del respeto a normas básicas de seguridad, de una cultura de prevención y de la vigilancia efectiva por parte de las autoridades.

El caso seguirá en investigación, mientras continúa la angustiosa espera por noticias sobre la joven madre desaparecida. La región entera observa con atención el desarrollo de los acontecimientos, con la esperanza de que esta tragedia no se repita.

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(FIN) JQC/MAO

Publicado: 7/7/2025