Todos los años, en especial en junio, muchas zonas altoandinas del Perú son escenario del tradicional Chaccu de vicuñas, una práctica ancestral en la que las comunidades reúnen a cientos de estos camélidos silvestres para esquilar su fibra, considerada una de las más finas del mundo, para contribuir a su aprovechamiento sostenible y a la conservación de esta especie oriunda del Perú.