¿Te has sentido cansado y sin fuerzas en el cuerpo para llegar al final del día? Hoy aprenderás cómo llenarte de energía desde bien temprano, cuando comienza el día, hasta el momento en que cierras los ojos y te propones dormir. Y lo mejor de todo: cada día que pase te irás sintiendo mejor. A continuación los pasos que debes seguir.

CINCO CONSEJOS QUE TE AYUDARAN A ESTAR RECARGADO Y DE BUEN HUMOR

Ejercicios matutinos

La mente y el cuerpo están estrechamente unidos. Por eso, comenzar el día con un pensamiento positivo te predispone para una jornada agradable. Abre los ojos y agradece por este nuevo día. Luego acércate a la ventana o sal a la calle y siente el aire fresco de la mañana. A continuación siéntate en una silla e inhala profundamente durante unos segundos, retén un segundo la respiración y luego exhala. Quita por completo el aire de tus pulmones, retén otro segundo y luego vuelve a inhalar. Hazlo de cinco a diez minutos; y nunca te fuerces, tan sólo respira de forma natural. Finaliza tu rutina matutina con algunos estiramientos. Párate, tómate las manos y estíralas hacia arriba. Luego, con las manos aún tomadas, estírate hacia un costado, permanece unos segundos, y luego estírate hacia el otro. Si sientes alguna molestia en el cuerpo, comienza a estirar suavemente la zona donde resida la molestia.

Una buena digestión

Si fuéramos conscientes de la cantidad de energía que derrochamos en la digestión, nos cuidaríamos más con lo que comemos. Aquí te daremos unos consejos simples para que pongas en práctica y puedas ganar energía. Durante la mañana toma un desayuno liviano, principalmente frutal, es lo ideal. No te excedas con la comida a la mañana ni hagas mezclas de alimentos muy dispares; esto te será de ayuda. Al mediodía es, según la medicina hindú Ayurveda, el momento del día en que mayor potencia digestiva tenemos. Por eso, destina este momento para tener la comida más fuerte. Pero no confundas fuerte con descuidada; consume alimentos lo más frescos y naturales posibles. Si comes pollo o carne, acompáñalo con una ensalada de muchos colores. Si comes un cereal, como arroz o quinua, o unas pastas, procura acompañar el plato con vegetales. Esto facilita la digestión y nutre el cuerpo con las vitaminas que necesitas. Espera de tres a cuatro horas para la merienda, de modo que el cuerpo pueda descansar. Y luego, a la noche, ten una cena liviana.

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Estar físicamente activo

Estar enérgico deviene de actitudes enérgicas. No lograrás tener energía quedándote en la cama o teniendo pensamientos negativos y que te desgasten. La actividad física es un gran generador de energía, y esto no significa necesariamente hacer un deporte o salir a correr por la mañana. Hay pequeños cambios que producirán grandes resultados en poco tiempo. Acostúmbrate a pensar en activo. Cuando veas una escalera, no subas automáticamente por la escalera mecánica o por el ascensor. Tienes dos piernas; úsalas. Si tu trabajo no está muy lejos, despiértate un rato antes y ve caminando. Si está a mayor distancia, puedes utilizar la bicicleta. No hay nada más hermoso que comenzar la mañana moviendo todo el cuerpo, y el sol de la mañana acariciando tu cuerpo mientras manejas tu bicicleta es una de las sensaciones más bonitas para comenzar un día agradable. Acostúmbrate a caminar. Usa menos los transportes públicos y camina más.

Mente positiva

Así como es un bonito y productivo hábito agradecer cada mañana por tener un nuevo día, ir transformando pensamientos usualmente negativos en positivos te recompensará de manera inmediata. Cuidar la energía y recargarte es un trabajo de cada hora. Cuando desayunas, tómate tu tiempo para pensar qué quieres y proyectas para este día nuevo; cuando almuerces, tómate tu tiempo para ingerir cada bocado con tranquilidad y agradeciendo esa comida que pasará a formar parte de tu cuerpo en un instante, haz un balance de lo que ha sucedido en tu día y cómo quieres que siga; cuando salgas del trabajo, no te permitas ingresar en las tensiones de mucha gente que vuelve a su casa nerviosa e irascible. Es tu momento, disfruta tu vuelta a casa y no te dejes distraer por los percances que puedan suceder (ya sea que haya problemas en el transporte o problemas en el trabajo). Aprende a dar vuelta la ecuación. Lo que antes era malo, transfórmalo en bueno.

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Un sueño reparador

Dormir es de vital importancia. Es aquí donde por excelencia recargas tus energías. Es el momento clave para centrar tu atención en tu fortaleza física y mental, y es el instante en que cierras un ciclo y abres otro: acabas un día y te preparas para darle la bienvenida al siguiente. Por eso, hazlo de la mejor manera. Acuéstate relajado y temprano, con el estómago liviano y la digestión ya finalizada, duerme sin utilizar aparatos tecnológicos como la televisión, la computadora o el celular, y notarás la enorme diferencia en la calidad de tu descanso. A la mañana te sentirás vivaracho, y eso se traducirá a un aumento notable de tu caudal energético.

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