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(Foto: Alexandra Montoya – El Búho)

Por primera vez en el Perú, el Centro Cultural Peruano Norteamericano hará una muestra de reproducciones de 55 grabados del mexicano José Guadalupe Posada. La exposición “Catrinas e Identidades” parte de la selección y comentario del muralista Diego Rivera en la década de 1930, se inauguró el 25 de mayo y estará disponible para el público arequipeño hasta el 24 de junio.

La obra del grabador, artista, pintor, ilustrador y caricaturista, Guadalupe Posada consiste en 15 mil grabados. En ellos retrató la vida social de México, las preocupaciones políticas, sus costumbres, la revolución mexicana y la creación de las famosas Calaveras Catrinas, símbolo de México.

Javier Rodríguez Canales, director de Cultura y Biblioteca del Cultural, resalta la importancia de esta exposición por las expresiones de mestizaje común que comparte con la ciudad. Con los debidos cuidados y usando un papel muy parecido al de los periódicos en ese tiempo, se reprodujeron en el tamaño exacto en el que se publicaron.

“La oportunidad de ver la obra de un artista que estuvo en el olvido y que ha sido recuperado es magnífica. Además, es la primera vez en el Perú que se hace una muestra sobre Guadalupe Posada”.

Javier Rodríguez Canales, director de Cultura y Biblioteca del Cultural.

Rodríguez estará a cargo de las visitas guiadas, que se realizarán el martes 7 y martes 21 de junio a las 12:00 horas en el centro cultural.

Un grande que estaba olvidado

José Guadalupe Posada nació el 2 de febrero en Aguascalientes (México). Estudió dibujo en la Escuela Municipal de su ciudad, y en 1871 comenzó a trabajar como ilustrador en el diario local “El Jicote”. En 1888 se trasladó a la Ciudad de México, donde trabajó en varios medios como “La Patria Ilustrada”.

Entre sus obras encontramos a la famosa Catrina, la Calavera Huertista, Don Chepito Marihuano, uno de sus personajes principales, la Calavera Oaxaqueña y a laCalavera Maderista.

Falleció en 1913 a causa de una “enteritis aguda” y sus restos se trasladarondos a la fosa común, debido a que nadie reclamó su cadáver. Veinte años después fue redescubierto por el pintor francés Jean Charlot, quien editó sus planchas y reveló su influencia en grandes artistas del siglo XX como José Clemente Orozco o Diego Rivera. Gracias a ellos y su difusión lo consolidaron como representante de la cultura mexicana.

La Catrina, un ícono de la cultura mexicana

Su nombre original era Calavera Garbancera y estaba representada por una calavera engalanada con un sombrero a la moda de ese entonces. Se trataba de una crítica y sátiraa las personas indígenas que se echaban polvo de garbanzo para parecer más blancas. Al pretender ser europeos, renegaban de su raza y herencia cultural.

Estas calaveras solían publicarse en víspera del Día de Muertos, en periódicos de línea crítica hacia el gobierno. Acompañadas de ilustraciones de cráneos o esqueletos en situaciones cotidianas como beber o caminar por la calle. Su objetivo era retratar la miseria e hipocresía de la sociedad, así como la desigualdad e injusticia en ese entonces.

Posteriormente fue rebautizada como “Catrina” por Diego Rivera. Apareció en el mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central” (1947),donde Rivera hace un homenaje a Posada y su influencia en el arte mexicano. En torno a él se construiría después el Museo Mural Diego Rivera.

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