En el apacible y místico distrito de Indiana, ubicado en la provincia de Maynas del departamento de Loreto, a orillas del imponente río Amazonas, Alfredo Gaviria Rodríguez, de 76 años, se ha convertido en uno de los maestros pescadores de su localidad, con el objetivo de transmitir su legado a las nuevas generaciones y preservar esta actividad milenaria.


En el marco del Día del Pescador, el septuagenario resalta el rol de los hombres y las mujeres que trabajan en el mar peruano y en los ríos más caudalosos. Durante esta celebración, el adulto mayor recuerda cómo viajó de su natal Lamas, en el departamento de San Martín a Indiana, luego de iniciar una relación con la persona que ahora es su esposa.


Me gusta mucho esta fecha porque yo vine a Loreto por amor. Conocí a la madre de mis hijos y vi todo su esfuerzo, además de sus conocimientos con el tejido en tamshi y la pesca. Cuando llegamos acá, su papá me recibió con los brazos abiertos y me dijo que me enseñaría todos los secretos de la pesca artesanal”, relata don Alfredo, quien también es usuario del programa Pensión 65.

De aprendiz a maestro


Cuando habla de su suegro, la mirada de Gaviria Rodríguez refleja respeto, gratitud y admiración, por la paciencia que tuvo para enseñarle todas sus técnicas y heredarle los conocimientos necesarios sobre el río Amazonas.


“Mi esposa quería volver a Indiana y por eso cuando llegamos, luego de una buena conversación, mi suegro, José Hidalgo, me tomó como su discípulo. Agradezco todo lo que me brindó, porque gracias a él tengo un hogar”, agrega, mientras arregla su red para subir a la pequeña embarcación Blanca Marina, que manejan dos jóvenes y se lo facilitan para que cumpla su jornada.


Luego de tirar su red, recuperarla y ver el resultado de su concentración, comparte una de las lecciones más grandes de su mentor: “La naturaleza nos regala vida, por eso pesquemos y cuidemos lo que tenemos”. “Siempre tengo presente sus palabras, porque es verdad, tenemos que valorar lo que nos da el mar y el río. Cuando no haya vida, qué haremos”, comenta tras sostener un pez que atrapó minutos antes de llegar a la orilla.


De inmediato, con una mirada sabia agrega: “Este pescado lo conocemos como sapote húngaro. Este tipo de pez crece mucho, puede llegar hasta los 60 o 70 kilos y medir hasta 2 metros y medio. El que tengo en mis manos tiene dos meses, ahora lo liberaré al caudal porque debemos ser consciente de nuestros límites como pescadores y protectores de las aguas peruanas”.

Comercio local


Como usuario del programa Pensión 65 del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis),don Alfredo Gaviria pesca y comercializa sus productos. De una manera muy dinámica, explica que él mismo hace su red y los peces más comunes son el boquichico, doncella y mojaditas. Una vez que tiene los insumos, los vende en el Mercado de Indiana, con apoyo del municipio distrital y su personal del Centros Integral de Atención al Adulto Mayor (CIAM).


(FIN) NDP/LZD


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Publicado: 28/6/2025