Escribe Cecilia Fernández Sívori

Con 29 años intensamente vividos, el chef peruano Gianpiero Matos Mancilla ha logrado a base de tesón y esfuerzo en ser parte de los mejores restaurantes. Hoy destaca en Nobu, en Emiratos Árabes Unidos.

Conversamos con Gianpiero al final de una agotadora jornada en el exclusivo restaurante, ubicado en el sky line del hotel Atlantis calificado con 7 diamantes. Las nueve horas de diferencia que hay en esta charla no revelan en él cansancio alguno cuando hablar de gastronomía se trata.

Nuestro compatriota, actual sub chef de especialidad en Nobu, alista con su ojo avizor las más exquisitas propuestas para que sean degustadas por jeques, famosos, estrellas del deporte; entre otros invitados VIP, quienes se constituyen como la asidua clientela.

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Atrás quedó el niño travieso que transitó por casi diez colegios en Lima cuando no entendía que la cocina sería su vocación en la vida.

Sin embargo, los sabores de la abuela ya se inoculaban en él a cada bocado. “Ella cocinaba los domingos y era una fiesta”, recuerda  para Agencia Andina.

Ya adolescente vio a figuras como Gastón y Virgilio “tenía muchas ganas de comerme el mundo. Me gustaba cocinar, comer… pero sentía que no era bueno y me dije a mí mismo si no lo soy, jamás seré exitoso”.



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Y así comenzó el camino académico en Le Cordon Bleu con un mundo que a cada paso se abriría delicadamente por capas para indicarle la ruta.  “Me asaltó el alma de artista y creador que tengo y a mitad de carrera quise inclinarme por la Arquitectura. Pero mi mamá fue firme y dijo: no. Acabamos y si quieres trabajando haces la segunda carrera”, revela divertido.

Confiesa, sin embargo, que muchas veces quiso parar, pero “luego lo veía que eso eran desafíos que la vida me ponía y que eran los impulsos que necesitaba… y con entrega comenzó a irme muy bien”.

Así iniciaría su peregrinaje culinario por los mejores restaurantes de Lima. Estuvo en Nikkei, en IK, “quería nutrirme de los grandes y eso se hacía comenzando desde abajo, con humildad”.


Alza vuelo


Luego su mirada viró al exterior y así con esperanzas se mudó a Madrid, dejando atrás la confianza culinaria que ya había ganado en Lima. El 2014 lo recibiría el DiverXo Madrid, restaurante de tres estrellas Michelin.

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Tiempo después sería parte de su aprendizaje Astrid&Gastón, Mayta y Maido; por solo mencionar algunos.

Ya en el 2015, más afianzado viajaría a Dubai para ser parte de la propuesta de Mayta en Emiratos Árabes Unidos. “Llegué a los 20 años y fue el momento más difícil que viví. Pensé que me iba a comer Dubai, pero fue al revés. Me caí y me levanté. Dejé sangre, sudor y lágrimas”.

“Uno comete errores, hay mucho estrés en esta carrera… pero aún así decidí irme a París a seguir nutriéndome porque ese era mi objetivo. Llegué, toque puertas y al comienzo no ganaba más de 50 euros a la semana; pero no importó; Debía aprender de los grandes”.



A fuego lento


Gianpiero nos señala que su meta en la gastronomía “no era viajar, anhelaba abrir mi restaurante en Perú. Quería comerme el mundo muy rápido. Volví al Perú y me incorporé a Cala, luego vendría la pandemia. Pensamos que iba a ser 15 días y bueno ya se sabe la historia”.

Emprendí con Sara, en marzo del 2021, un negocio de comida criolla “repartíamos a domicilio y fue una etapa linda. No tomaba vacaciones años y eso me permitió planificar mi siguiente paso”.

Así volvió a emigrar y con la red profesional que ya había establecido en más de una década se incorporó con sub chef al Sushi Samba, tras la oferta laboral de un antiguo jefe… y en ese tránsito fue que llegó a Nobu, donde trabaja también como sub chef junto a 130 personas; siendo Gianpiero el único peruano.

Hoy sueña con tener sus propios restaurantes con una propuesta diferente e insta a los jóvenes que se inician en esta apasionante aventura que “escuchen a los que saben, sean disciplinados. Toquen puertas y sepan que no todo va a ser color de rosa. Habrá caídas y de eso se trata esa vida”.

Mientras tanto sigue cocinando sus sueños y con un agradecimiento eterno a sus padres “porque me dieron libertad y sin su apoyo emocional nada sería hoy posible”, concluye.


Cocinando éxitos


Gianpiero tiene en su sazón diversas partes de nuestro amado Perú. Sus abuelos fueron de Ayacucho, Huancavelica, Chincha y Lima y eso ha hecho en él un escudo de sabores. También probó los sabores del mar cuando en su niñez vivió en el Callao donde confiesa, entre las ollas familiares, “tuve una niñez maravillosa, llena de recuerdos. Hoy me da gusto haber demostrado que se puede vivir de la pasión. Le he abierto el camino a mis primos que hoy siguen mis pasos en la gastronomía”.

Y es que los padres de Gianpiero, como el mismo reconoce, “son de una nueva generación” de progenitores que le permitieron a sus hijos a “abrir sus alas”.

Entre sus proyecciones es lograr alcanzar el rol de chef en el Nobu y seguir escalando profesionalmente en el mundo de la culinaria internacional.
 

Gianpiero: en pocas palabras


Es extrovertido y se identifica como una persona que ama lo que hace y sobre todo elaborarlo en la excelencia.

Hasta hace un par de años pensaba que la gastronomía era parte de mi vida, ahora entiendo que cocinar es mi vida. Siempre necesito estar involucrado con la cocina o ver algo que pueda mejorar.

Su objetivo es seguir innovando e inspirando, a través de perspectiva diversa, inclusiva y positiva en la industria.

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(FIN) CFS/CFS
 

 


Publicado: 3/7/2025