En una jornada inusual, las redes sociales Facebook e Instagram colapsaron a nivel mundial, provocando desconcierto y desesperación entre millones de usuarios que dependen de estas plataformas para interactuar con amigos y familiares, así como para estar al tanto de las últimas noticias y tendencias.
La abrupta caída de ambas aplicaciones se confirmó a partir de las 10:20 a. m. del martes 5 de marzo, cuando los cibernautas fueron testigos de la inaccesibilidad a sus perfiles y la imposibilidad de cargar contenido. Ante esta situación, numerosos internautas recurrieron a Twitter para expresar su indignación y buscar información sobre lo sucedido.
El director de comunicación de Meta, Andy Stone, admitió los problemas y aseguró que el equipo técnico se encontraba trabajando para restablecer los servicios lo antes posible. Sin embargo, hasta el momento no se ha revelado la causa específica que desencadenó el apagón mundial de Facebook e Instagram.
Además de las plataformas principales, otras aplicaciones vinculadas a Meta también experimentaron dificultades técnicas, como Threads y Facebook Messenger, afectando la experiencia de los usuarios en diversas áreas. A pesar de este caos digital, WhatsApp logró mantenerse operativo, siendo la única plataforma asociada que no se vio afectada por la falla generalizada.
En conclusión, la caída masiva de Facebook e Instagram ha generado un impacto significativo en la comunidad virtual, evidenciando la fragilidad de la infraestructura digital en la era moderna y la dependencia creciente de las redes sociales en la vida cotidiana de millones de personas en todo el mundo.