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Para vengarse de su esposo, una mujer mató a sus dos hijos y luego se quitó la vida en Ucayali. Hasta ayer, los vecinos de Isabel Milagros Valencia Soriano desconocían las causas de la nefasta conducta de la mujer de 25 años.

Una carta escrita de su puño y letra descifró el misterio. “Te amo, por eso me mato. Tú prefieres a tus amigas. Perdóname, yo nunca te voy a abandonar (…) Yo te amé y nunca debí de amarte. No llores, que tú nunca nos amaste. Yo te amé”, señala en su misiva.

La relación entre Valencia Soriano y Carlos Da Silva se había deteriorado. Pese a todo vivían en la misma casa.

Ella continuaba. Él ya no. Antes de tomar la terrible decisión, Isabel Milagros Valencia Soriano decidió beber licor con Carlos Da Silva en un local de la zona de Campoverde.

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La Policía presume que allí la mujer habría decidido acabar con su vida y con lo que él más quería: sus hijos.

Cuando Da Silva se retiró a laborar, Valencia Soriano llamó a una vecina y continuó bebiendo. Luego, se dirigió a su casa en el asentamiento humano San Juan Tadeo, donde consumó su nefasto plan.

Horas después, Da Silva la llamó para llevarle el almuerzo pero la mujer no contestó. Cuando llegó a su casa, se encontró con el macabro cuadro.

Los menores se hallaban colgados con sogas. Ella también. Todos en la misma habitación. La Policía no se explica cómo hizo para colgarlos sin que los niños lucharan por sus vidas.

Tras ordenar el levantamiento de los cadáveres, la Fiscalía detectó en el teléfono celular de la mujer mensajes de texto que insinuaban acabar con su vida.

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