En medio de un profundo recogimiento espiritual, la imagen del Cristo Pobre volvió a recorrer las históricas calles de Ayacucho, marcando con solemnidad y fervor el inicio de la Semana Santa 2025. La procesión, cargada de emotividad, partió desde el templo San Francisco de Paula, envolviendo la ciudad en un ambiente de fe, esperanza y tradición viva.


Acompañado por cánticos entonados desde el alma, oraciones con devoción y velas que iluminaban el camino, el Cristo Pobre fue llevado en andas por fieles que no ocultaban la emoción en sus rostros.

La imagen, símbolo de humildad y sacrificio, fue escoltada por una multitud que avanzó por los jirones Garcilaso de la Vega, María Parado de Bellido, 9 de Diciembre y Callao, en un recorrido que se convirtió en un testimonio de amor y fidelidad al mensaje cristiano.

Monseñor Salvador Piñeiro, arzobispo de Ayacucho, presidió la ceremonia, destacando en su mensaje la importancia de vivir estos días santos con un corazón sencillo y entregado.

"El Cristo Pobre nos enseña que la grandeza está en la humildad y que su sacrificio sigue tocando nuestras vidas", aseveró.

Esta procesión, que forma parte del conjunto de celebraciones de la Semana Santa de Ayacucho, declarada Patrimonio Cultural de la Nación, es una de las más esperadas por los fieles y visitantes. Representa no solo un acto religioso, sino también un reencuentro con la identidad y la espiritualidad andina, que se fusionan en cada paso, canto y oración.

Con esta manifestación de fe, Ayacucho abre una vez más sus puertas al país y al mundo, reafirmando el espíritu que la convierte en el corazón religioso del Perú durante las fiestas de Pascua.

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(FIN) FTY/MAO

Publicado: 10/4/2025