¿Te has preguntado por qué algunas personas adultas mayores piensan en quitarse la vida si aparentemente ya lo han logrado todo y no deberían tener preocupaciones?


Lejos de lo que se suele pensar, esta etapa también puede estar marcada por el dolor emocional, la soledad y la pérdida de sentido de vida, alertó el Ministerio de Salud (Minsa),a través de la Dirección de Intervenciones por Curso de Vida y Cuidado Integral.


Uno de los factores más frecuentes es la soledad no deseada, sobre todo cuando se pierde a la pareja o se reduce drásticamente la red de apoyo social. Muchas personas mayores pasan de vivir rodeadas de familiares y amigos a estar confinadas en casa, sin compañía ni oportunidades de conexión emocional significativa. 

“Cuando la pareja ha fallecido recientemente, se pierden vínculos clave para mantener una buena salud mental. Por eso, el acompañamiento afectivo y la cercanía familiar son más importantes que nunca”, señaló el Minsa.

Cuando una persona adulta mayor expresa sentimientos de desesperanza, tristeza persistente o pensamientos de muerte, el apoyo cercano y el acceso a atención especializada en salud mental son fundamentales.

¿Qué hacer?


Las principales recomendaciones para prevenir el suicidio en personas mayores incluyen:

-Escuchar con empatía, sin juzgar.
-Brindar apoyo emocional y contención activa.
-Animarlos a expresar lo que sienten y acompañarlos a buscar ayuda profesional.
-Mostrar disponibilidad y recordarles que no están solos.
-Facilitar el acceso a servicios de salud mental.


Otros factores de riesgo


Además de la soledad, existen otras situaciones que pueden afectar la salud mental en esta etapa de la vida:

-Pérdida de la autonomía personal: cuando una persona mayor ya no puede vestirse, movilizarse o realizar tareas cotidianas por sí sola, puede experimentar frustración, tristeza y una pérdida de identidad.

-Enfermedades crónicas y dolor persistente: la artritis, los problemas cardíacos, la hipertensión, la diabetes o la pérdida progresiva de la visión o la audición, afectan su calidad de vida y limitan actividades gratificantes.

-Problemas financieros: al vivir con ingresos fijos y limitados, muchas veces enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades básicas, lo que incrementa la preocupación y la sensación de inseguridad.


Prevenir la conducta suicida en las personas adultas mayores es una responsabilidad compartida. Cuidar de su salud emocional, estar presentes, demostrar afecto y facilitar el acceso a servicios especializados son formas concretas de proteger la vida.

El Minsa destaca la importancia de promover una sociedad donde envejecer con dignidad y apoyo emocional sea un derecho para todos.

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(FIN) NDP/LIT


Publicado: 7/7/2025