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Durante los seis primeros meses de este año, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) promedió el ingreso mensual de un limeño en S/1,667.2, la cifra creció 6.3 % con respecto al mismo periodo del año pasado, pero a duras penas puede costear las necesidades básicas mínimas de un ciudadano de Lima Metropolitana.

A junio de este año, la inflación creció a 8.81 %, según el INEI, lo que impactó en los alimentos, esto redujo la capacidad adquisitiva de una persona y aumentó la canasta básica compuesta de 28 productos en S/15; es decir, si entre enero a junio del año pasado un ciudadano gastaba en su alimentación S/109.38, ahora invierte S/124.78; en el caso de una canasta familiar de cuatro miembros bordea los S/890 según Apoyo consultoría.

Según Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores, el ingreso mensual alcanza para las necesidades básicas mínimas de alimentación, ropa y transporte, pero para conseguir calidad de vida debería duplicarse.

“Considerando el gasto en alimentos más otro tipo de bienes por familia está alrededor de los S/1,600 mensual podríamos pensar que el ingreso promedio en Lima lo cubre; sin embargo, lo que hay que tener en cuenta es que eso no necesariamente implica acceso a entretenimiento, esparcimiento u otro tipo de bienes. Si quisiéramos contabilizar eso, lo que estaríamos midiendo de acuerdo con el gasto realizado podríamos estar hablando del costo de esta canasta, incluyendo entretenimiento estaría más cerca de S/2,800, con lo cual el ingreso promedio claramente está por debajo de ese nivel”, explicó.

 

¿Por qué nuestros ingresos se redujeron?

"Si bien el empleo total actual creció 2.2% con respecto a tiempos prepandémicos, pero en el interior del país ha crecido 3.2% y en Lima está 1 % por debajo antes de la pandemia", explicó Odar.

Además, el subempleo también se elevó. Si comparamos la cantidad de ciudadanos con subempleo; es decir, no trabajan la cantidad mínima de horas laborales ni perciben una remuneración mínima vital, este primer semestre creció 28.4 %, con respecto al mismo periodo del 2019, según INEI.

La baja calidad de empleo reduce los ingresos y provoca que 1 de cada 3 limeños no puedan cubrir una canasta mínima de consumo, según el Instituto Peruano de Economía (IPE).

También la informalidad creció en proporción a 8 de cada 10 limeños en esta situación, lo que genera trabajadores sin cobertura médica, acceso a pensiones en un futuro o algún fondo de compensación. "Si bien el ingreso neto puede ser alto a corto plazo, se sacrifica acceso a una serie de beneficios a largo plazo", precisó Odar.