Las últimas encuestas informan que las distancias son mínimas entre los seis primeros candidatos; de tal modo que los podría separar el error estadístico. Cualquiera de ellos estaría en la segunda vuelta. El “voto aprista” puede hacer la diferencia. Aunque NO hay una dirección reconocida que de una “consigna” por quién votar; los militantes del partido de la estrella sí saben por quiénes no y por quiénes sí; teniendo en consideración los principios ideológicos, los lineamientos políticos, la propuesta programática y la tradición histórica. No podemos elegir a uno de los nuestros por la sospechosa “coincidencia” entre la incalificable incompetencia de los dirigentes con la evidente voluntad de los factores de poder caviares, rojos y morados de quitar al Partido del Pueblo de la contienda.
Las circunstancias ponen a los apristas en una posición casi determinante. Durante décadas los apristas estuvimos vetados de tener candidato propio por el contubernio entre las clases dominantes con el imperialismo. Y tuvimos que votar por quienes garantizaban cesar la persecución y legalizar al Partido que le había costado miles de presos, desterrados y asesinados. Igualmente, en la década del 90 apoyamos en segunda vuelta a Fujimori, tan solo para que no gane Vargas Llosa e imponga un brutal plan de ajuste neoliberal; que finalmente el oriental lo aplicó y se convirtió en autoritario y dictador.
Somos un partido del pueblo, del frente único de clases, identificados con los intereses nacionales y comprometidos con las demandas populares. Somos de izquierda democrática, que luchamos por un país de Pan con Libertad. Somos equidistantes de los modelos comunistas totalitarios, criminales y corruptos que han quebrado los países y han conculcado la democracia y la libertad; como Europa Oriental, China, Corea del Norte, Cuba y Venezuela. También de los esquemas capitalistas de explotación y dominación que mantienen la explotación y expoliación, la desigualdad y la pobreza. Los hemos enfrentado por igual. También nos han combatido siempre. Ambos han pretendido acabar con nosotros. Antes nos mataba la derecha. Desde el 80 hasta el 90 el extremismo marxista cobarde, sanguinario y criminal de Sendero Luminoso asesino a más de mil líderes, dirigentes y funcionarios apristas.
No podemos votar por quienes representan al marxismo en todas sus expresiones caviares, rojas y moradas que vienen gobernando el país hace varias décadas ubicados como ministros y funcionarios, asesores y consultores. Ellos son los principales responsables de los gobiernos incapaces y corruptos de Vizcarra y Sagasti. Culpables de la peor gestión sanitaria del mundo y de la peor gestión económica y social de Latinoamérica. Candidatos que nunca cuestionaron al “régimen del lagarto”; porque estaban coludidos. Nada que ver con quienes quieren hacer del Perú otra Venezuela y que han simpatizado con el terrorismo. Por más que algunos crean que los “rabanitos criollos” van a ser diferentes. Junto o peor que el nazismo, el comunismo es lo peor que le ha pasado a la humanidad. Tampoco tenemos parecido con las expresiones más radicales de la derecha tradicional y conservadora. HAYA DE LA TORRE SIEMPRE MARCO LA DISTINCIÓN. NI CON WASHINGTON, NI MOSCÚ.
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