Colchado: cuando una torta vale más que 3 Rólex

Por una torta de cumpleaños considerada una “afrenta a la investidura presidencial”, Inspectoría General de la Policía suspende temporalmente del cargo al coronel Harvey Colchado, jefe de la DIVIAC.

Hemos llegado a un punto en el que una torta recubierta de fondant vale más que tres relojes Rolex recubiertos de brillantes. Así está el mercado de la “Unique Politique”. Inspectoría General de la Policía ha suspendido  temporalmente del cargo al coronel Harvey Colchado, jefe de la DIVIAC (División de Investigación  de Delitos de Alta Complejidad). El pretexto para apartarlo de su división y  de las investigaciones del Equipo Especial Fiscal Contra la Corrupción del Poder, ha sido la fotografía de una torta que publicó en sus redes por su 50 cumpleaños.

Al coronel Colchado se la tenían jurada desde todos los puntos cardinales y este fin de semana le metieron su tortazo. En estos momentos el coronel, su equipo y la fiscalía están investigando a congresistas, empresarios, ex  ministros, a la presidenta Boluarte y al hermanísimo Nicanor Boluarte (EFICCOP es como la aspiradora de las investigaciones de la fiscalía).   Sacarlo y poner en su lugar a un genuflexo sería sinónimo de dejar al Ministerio Público sin capacidad de investigar casos muy importantes y dejar que los que “dan la hora” se sigan riendo de todos.

Bizcocho y fondant le dan forma a un policía que le mete un combazo a la puerta de una casa en forma de iglú. La fotografía fue el tema de un reportaje en una televisión local el 11 de abril en el que se dio por sentado que la torta, cuya imagen el coronel había publicado en su estado de whatsapp con motivo de su 50 cumpleaños,  hacía alusión al día del allanamiento de la casa de la presidenta Dina Boluarte, lo que suponía, a su entender, una grave afrenta a la investidura presidencial y una burla inaceptable con galones. Tomando como prueba el reportaje de televisión, al día siguiente Inspectoría General de la Policía le abrió al coronel Colchado investigación disciplinaria sumaria por falta muy grave contra la imagen institucional.

Al día siguiente, el sábado 13 de abril, sin que el coronel hubiera hecho ningún descargo,  Inspectoría resuelve disponer como medida preventiva su separación temporal del cargo, “hasta que se ponga fin al procedimiento administrativo disciplinario”. Inspectoría considera que la torta en cuestión hace alusión al día del allanamiento de la casa de la presidenta: “Este pastel mostraba un muñeco de cerámica que simbolizaba a un agente policial sosteniendo una comba, utilizada durante el allanamiento y una puerta de color marrón haciendo referencia al color de la puerta allanada”. Las puertas de entrada suelen ser marrones pero la casa de la presidenta no es de color azul cielo despejado. Además, Inspectoría considera “que tales acciones no solo reflejan una falta de sensibilidad hacia la dignidad y la función de la Presidenta de la República, sino que también podrían socavar la confianza pública en la institución policial y sus miembros (...) Lo que puede ser profundamente perjudicial tanto para la imagen de la Policía Nacional como para la estabilidad de la sociedad en su conjunto”. Ahora una torta puede desestabilizar a una sociedad en su conjunto, más bien habría que reconocer que el sector Interior está en coma diabético

Cuestión de horas

Tras el  allanamiento de la casa de la presidenta y de Palacio, políticos de diversas tiendas, el abogado de la presidenta y el premier Gustavo Adrianzén tuvieron el mismo discurso: “hubo abuso policial”, “ fue un show inaceptable”, “ se mancilló la investidura presidencial”. Nadie arremetió contra el juez que autorizó el allanamiento ni contra la fiscalía que solicitó la medida y la ejecutó; todos los misiles fueron dirigidos hacia el coronel Colchado.

El APRA se la tiene jurada al coronel Colchado; de hecho, los compañeros lo calificaron de ser “policía política”, y el fujimorismo no le perdona la detención de su lideresa entrando a fiscalía. El Equipo Especial Fiscal Contra la Corrupción en el Poder liderado por Marita Barreto, que trabaja en coordinación con el Equipo Policial Especial liderado por el coronel Harvey Colchado está investigando a perro, pericote y hasta a gatos negros. En Palacio andan con los nervios desatados por la posible existencia de audios y otras pruebas que desenmascaren al hermanísimo Nicanor Boluarte. Al anterior ministro del Interior lo sacaron porque no se enteró y no pudo avisar del combazo a la casa de la presidenta, y el actual llegó con la misión de cortarle la cabeza a Colchado.  El director general de la Policía, Víctor Zanabría Angulo, fue jefe de la Región Arequipa durante la pandemia y hay investigación abierta por las compras Covid que hizo la institución durante su gestión (en esta investigación ha colaborado la DIVIAC). Los que defendieron y aplaudieron al coronel cuando entró hasta el cuarto del hijo del entonces presidente Pedro Castillo (quien lo denunció y lo trató de dejar sin uniforme)  ahora piden su cabeza en  honor a Dina Boluarte, la presidenta que los mantiene vivos; y el coronel - a sus cincuenta - puso su cabeza en forma de torta en bandeja. Su abogado, Stefano Miranda, va a apelar la suspensión porque considera que la medida es “desproporcional, incongruente, desmotivada y que viola flagrantemente los derechos de su cliente”.

Garantía asegurada

La Fiscalía es la encargada de la acción penal, pero el trabajo en el campo lo hace la policía. Imaginen si el día de la intervención a la casa de la presidenta el policía encargado hubiera dado parte al ministro, ¿creen que se hubiera encontrado la garantía de un reloj Rolex? Es fundamental que al frente de la DIVIAC y del Equipo Especial Policial se nombre a alguien que conozca las investigaciones y que tenga respeto por el uniforme, no a un acólito del poder político. El llamado a asumir el cargo es el también coronel José Luis Oscanoa, hasta ahora el segundo de la DIVIAC.

El coronel Colchado puede quedarse meses fuera de las investigaciones, trucar su carrera e incluso quedarse sin uniforme todo por el poder político de fondant y bizcocho. Dina Boluarte confirma una vez más sus semejanzas con el que fuera su presidente Pedro Castillo, silencio, mentiras y represalias.