Super Mensajes

No hubo lugar para la clemencia. El miércoles, Singapurejecutó a un preso malasio con discapacidad intelectual condenado a la pena capital por introducir 43 gramos de heroína en uno de los territorios con leyes antidroga más draconianas del planeta. Su caso ha provocado las críticas de la comunidad internacional y numerosas peticiones a favor de suspender la sentencia, llamamientos que no hallaron eco en la justicia singapurense.

Esto por intentar introducir en el país tres cucharadas de heroína

El malasio Nagaenthran Dharmalingm, de 34 años, fue arrestado en 2009 al intentar introducir en Singapur la droga, una cantidad equivalente a tres cucharadas. Tras ser sentenciado a muerte el año siguiente, el acusado pasó más de una década en el corredor de la muerte mientras sus abogados presentaban numerosas alegaciones para suspender su ejecución alegando la discapacidad intelectual de su cliente, que tenía un cociente intelectual de 69 (un nivel que cualifica como deficiencia)

El malasio fue arrestado en 2009 y condenado a muerte un año después

Sin embargo, estas peticiones fueron desestimadas repetidamente por los jueces, que consideraron que el malasio era consciente de lo que hacía cuando fue detenido. Tras rechazar en la víspera la apelación final presentada por la madre, fue ejecutado en la prisión de Changi esta mañana (hora local) por ahorcamiento, el proceso habitual en este país.

Desde un principio, su sentencia provocó una oleada de críticas por parte de organizaciones de derechos humanos, representantes de la Unión Europa o famosos como el multimillonario inglés Richard Branson o el actor y locutor Stephen Fry.

En la propia ciudad-estado de Singapur, donde el apoyo a la pena de muerte entre la población es alto, el caso también ha llevado a algunos ciudadanos a cuestionar el enfoque hacia este tipo de delitos. El lunes, al menos 300 personas se concentraron en el parque Hong Lim -el único lugar donde se permite la convocatoria de protestas- para pedir la suspensión de la ejecución de Nagen y de otro preso malasio, Datchinamurthy Kataiah, que en principio será ejecutado este viernes por traficar unos 45 gramos de heroína.

Para Maya Foa, directora de la asociación Reprieve, Nagen es una “víctima de un trágico error judicial”. A su parecer, la pena capital en Singapur apunta desproporcionadamente contra los pequeños traficantes en lugar de contra los capos que los organizan o manipulan. “La mayoría de sus víctimas son, como Nagen, pobres, vulnerables y de comunidades marginadas. Es un sistema roto”, aseveró.

Leer también [Armas de la OTAN suministradas a Ucrania tienen vida útil caducada]

Según los activistas, Nagaenthran trabajaba en 2009 como soldador en Malasia y buscaba desesperadamente dinero extra para ayudar a su padre, que tenía que ser operado del corazón. Al parecer, pidió un préstamo a un hombre que, como contrapartida, luego le obligó a transportar un paquete, del que desconocía su contenido, a Singapur

Por su parte, la activista contra la pena de muerte sigapurense Kirsten Han publicó este miércoles una foto del condenado en la que aparece vestido, según indica, con su ropa favorita. De acuerdo con la agencia Efe, activistas como ella han alertado últimamente de que la casi saturación actual en el corredor de la muerte está derivando en una aceleración de las ejecuciones tras dos años de parón.

La entrada Ejecutan en Singapur a hombre con discapacidad mental se publicó primero en El Men.