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Todo parece indicar que los congresistas se están esmerando en ganar una suerte de competencia de cómo hacer retroceder al país. La última de los padres de la patria es su férrea voluntad de sacar contra viento y marea una norma para poner topes en las tasas de interés de créditos y préstamos bancarios. En su oportunidad, la iniciativa legislativa había sido observada por el Poder Ejecutivo, pero finalmente la Comisión de Defensa del Consumidor aprobó por mayoría insistir en el texto de la autógrafa de ley.

Para comenzar, no existe ninguna necesidad ni mucho menos urgencia de aprobar una ley como la que está cocinando el Congreso so pretexto de facultar al Banco Central de Reserva a fijar los topes mínimos y máximos de las tasas de interés. Hay diversas normas que ya están regulando lo que se pretende normar; verbigracia, el Código Civil, la Ley Orgánica del BCR, y una serie de otras normas que se refieren a las tasas de interés del sistema financiero. Hablando en buen romance, no hay urgencia.

Lo peor de todo es que los parlamentarios no se dan cuenta que fijar intereses por ley solo terminará por hacer quebrar a los bancos pequeños y a las cajas de ahorro y crédito que son los únicos que atienden a las Mype. Los bancos grandes tienen clientes con mucho patrimonio, grandes corporaciones, y por lo tanto les brindan un interés preferencial. El bodeguero o el emprendedor con un negocio pequeño son atendidos por las cajas municipales y la banca de riesgo que por tener esa condición presta dinero a un interés más alto y ponerle topes es prohibirles que sigan operando en el país

Eso a quién beneficiaría, pues indudablemente que a la gran banca y a quién perjudicaría; no cabe duda que a las Mype y a pequeños emprendedores. Sabido es, además, que las cajas municipales pagan mejores intereses para captar ahorristas y poder prestar ese dinero, pero si salen del mercado los ahorristas tendían que dejar su dinero en la gran banca. Viendo bien las cosas, los emprendedores deberían decirles a los congresistas: no me defiendas, compadre.