*Taricaya Ecoreserve es reconocido como refugio vital para especies en peligro como el mono araña o maquisapa, el oso perezoso y diversas aves como guacamayos y rapaces.

En la lucha por la protección de la biodiversidad en la Amazonía peruana, un innovador modelo de conservación está impulsando la conservación de sus ecosistemas. Se trata de Taricaya Ecoreserve, una concesión para ecoturismo ubicada en las orillas del río Madre de Dios, que acaba de ser reconocida, a nivel internacional, como Otra Medida Efectiva de Conservación Basada en Áreas (OMEC), sumándose al esfuerzo global por preservar la naturaleza.

Este reconocimiento es clave en el camino del Perú hacia la Meta 30×30, un compromiso internacional que busca conservar al menos el 30% del territorio terrestre y marítimo del planeta antes del 2030. Con 476 hectáreas de bosque tropical, Taricaya se ha convertido en un refugio vital para especies en peligro de extinción, como el mono araña o maquisapa, el oso perezoso y diversas aves como guacamayos y rapaces.

Ubicada a solo una hora en bote de Puerto Maldonado, Taricaya Ecoreserve ha trabajado durante años en la reintroducción de especies y la recuperación de fauna silvestre. “Aquí laboramos diez personas comprometidas con la conservación. Creemos en la importancia de cuidar la naturaleza y buscamos brindar calidad de vida a la vida silvestre de la región”, expresó Fernando Miguel Rosemberg Fort, titular de la concesión.

El esfuerzo de Taricaya ha sido reconocido a nivel internacional al ser incorporado en la Base de Datos Mundial sobre OMEC, gestionada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP-WCMC). Es el segundo espacio peruano en recibir este reconocimiento, después de la concesión Río Los Amigos.

Un modelo de conservación en la Amazonía

Además de rescatar y liberar aproximadamente 60 animales al año, Taricaya desarrolla monitoreo con cámaras trampa, elabora planes para mitigar la pérdida de biodiversidad y apoya a comunidades cercanas comprando sus productos y promoviendo la reforestación en sus territorios.

“El registro como OMEC es una oportunidad para mostrar nuestro trabajo a nivel nacional e internacional. Somos pioneros en protocolos de liberación de especies, colaboramos estrechamente con el SERFOR y seguimos fortaleciendo nuestros esfuerzos de conservación”, afirmó Rosemberg Fort.

Las OMEC son áreas que, sin ser parte del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas, contribuyen de manera efectiva y sostenida a la conservación de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos. Estos espacios pueden estar gestionados por comunidades, actores privados o instituciones públicas.

“Con el reconocimiento de Taricaya, el país suma más de 146 mil hectáreas reportadas bajo la categoría OMEC, contribuyendo a la conservación más allá de las áreas protegidas. Este nuevo registro celebra el compromiso de quienes conservan desde sus propios espacios y refuerza el mensaje de que todo esfuerzo cuenta. Taricaya Ecoreserve es un ejemplo de que es posible aportar a una meta global desde la gestión local”, señaló Alonso Córdova, especialista forestal de WWF Perú.