La deuda de EsSalud con proveedoras supera los S/240 millones y amenaza con desabastecer hospitales comprometiendo la salud pública.
Un problema estructural que afecta vidas
EsSalud enfrenta una grave crisis por una deuda acumulada con empresas proveedoras de medicamentos, dispositivos médicos y servicios esenciales como vigilancia. Según la Cámara de Comercio de Lima, la deuda supera los 240 millones de soles y afecta tratamientos urgentes para enfermedades como el cáncer, VIH, hemofilia y otras condiciones crónicas. Representantes del gremio proveedor han denunciado públicamente el riesgo de desabastecimiento y han solicitado reiteradamente reuniones con la presidencia ejecutiva de EsSalud, sin recibir respuesta hasta la fecha.
El impacto sobre los pacientes
Las consecuencias de esta deuda no son abstractas: se traducen en operaciones postergadas, tratamientos suspendidos y vidas en riesgo. Katherine Rodríguez, vocera de un grupo de empresas proveedoras, advirtió en el programa Punto Final que “estas deudas impagas por parte de EsSalud rompen la cadena de suministros a los centros médicos y ponen en riesgo la atención de los pacientes”. Añadió: “Si alguna vez van a una farmacia y no hay medicinas, pues ya saben que no es porque EsSalud no tiene dinero, sino porque no ha pagado al proveedor”.
Uno de los casos más graves es el de la empresa Medical Audición, que reclama nueve millones de soles por más de 100 implantes cocleares ya colocados en hospitales de EsSalud. Este es solo uno de los múltiples casos donde los proveedores han cumplido con su parte del contrato pero siguen esperando el pago.
La postura institucional
Frente a estas denuncias, EsSalud ha optado por el silencio frente a la prensa. Según Punto Final, la entidad se negó a brindar entrevistas. Solo emitió un comunicado en el que asegura que “EsSalud cuenta con la disponibilidad financiera necesaria para atender dichos pagos” y que se ha cumplido con “aproximadamente el 98 % de los requerimientos correspondientes al periodo de la pandemia”.
En otro pronunciamiento, EsSalud afirmó que las deudas actuales corresponden a periodos anteriores y están sujetas a “controversias técnicas, observaciones en la entrega de productos o trámites pendientes”. También señala que su gestión recién cuenta con tres meses de funcionamiento y que se están resolviendo los casos “con responsabilidad y dentro del marco legal”.
El gremio exige una solución inmediata
Sin embargo, los gremios del sector salud cuestionan esa postura. Sandro Stapleton, presidente del Gremio de Salud de la Cámara de Comercio de Lima (Comsalud),sostiene que no se trata solo de un problema técnico, sino de falta de voluntad política y administrativa. “No están pagando los productos esenciales para cirugía, diálisis, entre otros. Tienen productos pendientes de pago desde 2024, 2025, e incluso de años anteriores”, aseguró.
El gremio ha enviado dos cartas a Segundo Acho Mego, presidente ejecutivo de EsSalud, una de ellas fechada el 28 de mayo, con el detalle del monto adeudado por proveedor. No han recibido respuesta. “Necesitamos una respuesta urgente del presidente de EsSalud”, insistió Stapleton.
Desconfianza y alerta en el sistema público de salud
La negativa de EsSalud a reconocer públicamente el problema o dialogar con los gremios ha profundizado la desconfianza. Aunque la entidad niega que exista riesgo de desabastecimiento, los proveedores ya han advertido que, de continuar los impagos, dejarán de participar en futuras licitaciones. Esto afectaría directamente la disponibilidad de insumos críticos para hospitales y clínicas públicas.
Stapleton señaló que las deudas se originaron en procesos de licitación pública y compras directas que cuentan con presupuesto asignado. “No sabemos por qué no pagan las deudas, ya que estos montos están presupuestados”, afirmó. Esto abre interrogantes sobre el uso de los fondos y la transparencia en la gestión de recursos públicos.
Una amenaza para la salud pública
La situación en EsSalud refleja una crisis estructural de gestión en el sistema público de salud. La falta de pagos a proveedores no solo compromete contratos, sino que pone en riesgo la vida de miles de personas. De no solucionarse, esta deuda puede convertirse en una emergencia sanitaria que afecte a los sectores más vulnerables, especialmente a quienes dependen exclusivamente del sistema público para acceder a medicinas y tratamientos.