Super Mensajes

Augusto Lostaunau Moscol

 

En los últimos años hemos escuchado -y leído- muchas veces la afirmación que sostiene que los jóvenes cada vez leen menos; que en la actualidad la gente le huye a la lectura. Se dice que el éxito de las llamadas redes sociales se debe al poco -o mínimo- espacio que le otorgan a la escritura y, por lo tanto, a la lectura. Que somos una sociedad de imágenes. Que es mucho más fácil producir un vídeo que escribir un libro. Que en el futuro seremos una sociedad ágrafa. Incluso, en clases, un alumno me indicó que no tiene redes sociales porque la gente escribe mucho. Y él prefiere la fotografía.

Eso no sucede en Juncos en Flor, Microficción (Editorial El gato Descalzo, 2020, Lima-Perú),de la médico neuróloga y psicoterapeuta, escritora y poeta argentina peruana Ana María Intili. Un conjunto de microrrelatos que no por ser de escritura corta son necesariamente de lectura rápida. No se trata de entretener; por el contrario, es una lectura reflexiva y enjuiciadora. Sus páginas no se pueden revisar como quien revisa una red social; por el contrario, es una invitación para una lectura consciente y detenida.

En su artículo La Realidad y la Ficción (1926),José Carlos Mariátegui sostiene que:

“La ficción no es libre. Más que descubrirnos lo maravilloso, parece destinada a revelarnos lo real. La fantasía, cuando no nos acerca a la realidad, nos sirve bien poco. Los filósofos se valen de conceptos falsos para arribar a la verdad. Los literatos usan la ficción con el mismo objeto. La fantasía no tiene valor sino cuando crea algo real. Esta es su limitación. Este es su drama”.

Y es un gran acierto lo escrito por el Amauta. La ficción no es una creación que surge de la nada; porque la nada no existe. El artista, el escritor que crea una ficción se esta acercando a la realidad. La ficción es una forma de interpretar y representar la realidad.

Aquella realidad real que puede ser percibida en forma directa y sencilla por cualquier persona. Y mientras en las universidades se forman aquellas élites intelectuales que poco o nada hacen por transformar la realidad; en el mundo de la ficción se ha escrito mucho más que en las ciencias sociales. Y ese es el caso de Juncos en Flor de Ana María Intili. En Hiroshima escribe:

“La noche se abrió y la paloma sobreviviente extendió sus alas”.

Un microrrelato de microficción compuesto por 11 palabras que pueden servir para desarrollar un texto interpretativo mayor. “La noche se abrió”, se puede interpretar como el fin de la tragedia. No sólo de la tragedia de una bomba atómica como la que fue lanzada sobre la ciudad japonesa de Hiroshima y que ocasionó 90 mil muertes, convirtiéndose en uno de los mayores actos de genocidio y violación de los Derechos Humanos durante la II Guerra Mundial. Lo sucedido en Hiroshima y Nagasaki se puede comparar con lo ocurrido en los campos de concentración europeos. Una mente perversa y retorcida creo los campos de exterminio masivo. Igualmente, una mente perversa y retorcida ordenó lanzar bombas atómicas sobre ciudades donde la gran mayoría eran civiles. La tragedia de la noche llegó a su final y, pese al deseo exterminador de quienes lanzaron la bomba, la muerte y la devastación no fue total; por el contrario, “la paloma sobreviviente extendió sus alas”, es decir, la humanidad comprendió que la guerra es sólo un negocio a favor de los productores de armas. Que sólo los gobiernos prepotentes y las clases dominantes absolutistas utilizan la guerra para imponer su orden. Un orden totalmente injusto.

En Despedida, la autora escribe:

“Cuando tuvo el primer menstruo supo que dejaría la niñez para siempre. Desde pequeña había temido las despedidas. A todas, sin excepción… Dos gotas gruesas surcaron sus mejillas”.

El fin de una época y el inicio de una nueva, siempre ha sido un momento de temor y terror para los seres humanos. Pero, también es un periodo de esperanza. La humanidad constantemente deja su infancia para convertirse en una sociedad madura, que utiliza la razón para comprender las cosas; aunque, en tiempos de crisis, vuelven las antiguas interpretaciones. Esas interpretaciones nostálgicas de una “pasado mejor”. Por ello, José Carlos Mariátegui (1926) escribió:

“El realismo nos alejaba en la literatura de la realidad. La experiencia realista no nos ha servido sino para demostrarnos que sólo podemos encontrar la realidad por los caminos de la fantasía”.

Es que la literatura, durante toda la historia de la humanidad, ha sido el mejor vehículo para aproximarnos a los hechos y acontecimientos de una sociedad. Entonces, la denominada literatura realista no ha servido para tener una consciencia de la realidad propia; esto sólo se ha conseguido cuando la persona lee ficción; una ficción que le permite cuestionar la realidad. Una ficción que le ha permitido soñar con una nueva realidad. Los Comentarios Reales a fines del siglo XVIII fue el libro que permitió a los revolucionarios de 1780 soñar con una nueva realidad.

En Realidades podemos leer:

“La vida había sido generosa; dulce y placentera. No pretendía quejarse… Trabajaba día a día con efusión y a mesa llena… A menudo improvisaba un nuevo manjar aunque sus congéneres no siempre confiaban en su cálida y provocadora dulzura… Era cuestión de arriesgar”.

Estamos frente a un libro de grandes ficciones pese a que ellas no se extienden más allá de una página. Ana María Intili es una escritora que debemos celebrar. Juncos en Flor es un libro que debemos leer y reflexionar. Es una manera de lograr percibir la realidad.

Mariátegui sentenció que:

“La decadencia de la civilización capitalista se refleja en la atomización, en la disolución de su arte. El arte, en esta crisis, ha perdido ante todo su unidad esencial. Cada uno de sus principios, cada uno de sus elementos ha reivindicado su autonomía. Secesión es su término más característico. Las escuelas se multiplican hasta lo infinito porque no operan sino fuerzas centrífugas”.

El arte capitalista esta en crisis. La literatura capitalista esta en crisis. El lenguaje barato y sin sentido abunda. Pero, Juncos en Flor es un libro motivador que genera esperanza en el desarrollo del nuevo arte, de la nueva literatura y en alcanzar una nueva sociedad donde el ser humano sea el fin principal. Gran aporte de Ana María Intili. Gracias mil por obsequiarnos un libro de reflexión y esperanza.