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Cargando cada uno su cruz, los apóstoles del gabinete Adrianzén se pasaron esta semana de recogimiento propagando el mensaje de su presidenta, en un desesperado intento por buscar la salvación de quien, al parecer, ha sido crucificada, primero, por sus propias palabras, y, hoy, por su sepulcral silencio.

Defender la honorabilidad de Dina Boluarte ha sido un verdadero vía crucis para los ministros, a los que en los últimos días no les ha importado el sofoco de lanzar lamentables frases a favor de la mandataria. Ayer, nomás, en una declaración casi humorística, la titular de la Producción le pedía a la Fiscalía celeridad en las investigaciones contra Boluarte. ¿No sabe acaso Ana María Choquehuanca que su presidenta solicitó al Ministerio Público reprogramar su citación en vista de su ‘recargada agenda’, dilatando así las indagaciones?

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Absurdas excusas como la del ministro del Ambiente, Juan Carlos Castro, justificando esta solicitud de la mandataria en vista de que “la agenda presidencial es muy dinámica”; o la del titular de Salud, César Vásquez, afirmando que “hay cosas más importantes para el país” antes que la frustrada diligencia de exhibición de sus costosos relojes en Palacio; no han hecho, sino desgastar y oscurecer a un gabinete que este miércoles 3 de abril irá al Congreso en busca del voto de confianza.

Esta semana los ministros no hablaron de proyectos; sus actividades oficiales fueron solo un pretexto para ensayar sin éxito y con poca vergüenza ya, una débil defensa a la jefa de Estado. “Yo no tengo un Rolex, por ahora”, dijo la ministra Leslie Urteaga, toda una experta ya en el peligroso deporte de poner las manos al fuego por su presidenta, y quien ha asegurado que Boluarte dará las explicaciones del caso ante la Fiscalía.

NO DA LA CARA

Las horas corren y Boluarte, como el bolero, le pide al reloj que detenga su camino. La presidenta sigue sin hablar, sin explicarle al país cómo y con qué dinero adquirió los tres Rolex que se turnaron en su muñeca en los últimos años. Tampoco tiene la intención de colaborar con la Fiscalía, a la que le ha cerrado las puertas de Palacio y le ha agendado sus esperadas declaraciones para después del 12 de abril. Por estos días de reflexión y de feriado largo, del origen de sus exclusivos relojes, y de ella, además, no se sabe nada.

En el Congreso, mientras, el vicepresidente de la Comisión de Fiscalización, Eduardo Salhuana, dijo que el caso Rolex debe investigarse en ese grupo de trabajo, y que no es necesario tener facultades de comisión investigadora para hacerlo.

El también vocero de APP dijo a Perú21 que apoya el pedido del extitular de esa comisión, Wilson Quispe, de citar, entre los próximos jueves y viernes, al premier Gustavo Adrianzén y a la ministra de Vivienda, Hania Pérez de Cuéllar, para que respondan por los tres relojes que la mandataria no habría consignado como suyos en sus declaraciones juradas como jefa del Reniec, titular del Midis en el gobierno de Pedro Castillo, y presidenta de la República.

Lo cierto es que Boluarte necesitará más de siete palabras para dar una explicación que pueda librarla de pecado o que la obligue a seguir cargando su cruz. Por ahora, habrá que esperar su pronta resurrección y que dé la cara ya.