Los impactos de micrometeoroides son un aspecto inevitable en la vida de cualquier nave espacial, que -de forma rutinaria- sufren muchos impactos en el transcurso de sus largas y productivas misiones científicas en el espacio. Entre el 23 y el 25 de mayo, el telescopio espacial James Webb de la NASA sufrió un nuevo impacto en uno de sus segmentos del espejo primario, sin consecuencias graves, y esta no es la primera vez que ocurre.