Ana Paula Mendoza Castillo supo a los 30 años que había sido bautizada por un papa. Tenía dos años de edad cuando el sacerdote Robert Prevost, hoy convertido en el Sumo Pontífice de la iglesia Católica, la ungió con dicho sacramento en la capilla Nuestra Señora Madre de la Iglesia, actual parroquia de Santa Rita de Cascia, en Trujillo, región La Libertad.


La trujillana, que actualmente reside en Estados Unidos, contó a la Agencia Andina que estaba junto a su mamá viendo las noticias, cuando vio que el cardenal Dominique Mamberti anunciaba que Robert Prevost había sido designado para ocupar la silla de San Pedro.


“Me siento muy emocionada. Yo ya lo venía siguiendo desde que leí su nombre en la página de la CNN en español sobre los cardenales papables. ¿Mamá, Robert Prevost no el curita que era amigo de mis abuelos?, le pregunté, y ella me dijo que sí. Y cuando escuchamos su nombre fue una emoción muy hermosa, no lo podíamos creer”, recuerda.


Ana Paula luego posteó con mucha emoción esa fotografía que su madrina sacó del álbum familiar para decirle que el papa León XIV fue quien la bautizó. Dice que ahora que ha vuelto a ver la imagen, mira con mucha sorpresa el gran parecido que su hija y ella tienen a la misma edad.

Amistad familiar


Sin embargo, ella asegura que más que esa foto, lo que más le emociona es recordar la relación estrecha que el papa León VIX cultivó con su familia, especialmente con sus abuelos Margot Cáceres y Rolando Castillo, desde el primer momento que llegó a Trujillo.

“Sé que es un sueño, pero me gustaría verlo algún día y decirle que mis abuelos si estuvieran vivos estarían muy contentos y orgullosos por él, incluso creo que desde el cielo lo están ahora. Mi abuela siempre decía que él iba a llegar muy lejos porque era hombre justo, bueno y preocupado por los demás”, expresa.


Ana recuerda que el actual líder de la Iglesia Católica le gustaba las pizzas que su abuela preparaba, e incluso invitaba a los otros seminaristas que probar la exquisita sazón de su abuela.

“Mi abuela fue madrina de la primera piedra de la construcción de la parroquia, y ayudaba al sacerdote en su misión. Hacían muchas actividades para llevar ayuda a muchos niños y personas necesitadas de la comunidad”, cuenta.

Prueba de ello nos comparte dos fotografías donde el papa León XIV aparece junto a sus abuelos, que por muchos años fueron sus aliados en su trabajo misionero y evangelizador en la ciudad.

“Hoy siento que mi familia ha sido muy bendecida. Siempre hemos sido muy católicos y unidos, quizás por eso Dios me ha permitido tener todos estos años a mi mamá, a quien a los 29 años le detectaron cáncer de mamá, y pese a que luego la enfermedad se extendió al útero aún la tengo conmigo”, señala.

Más recuerdos


La madre de Ana Paula es doña Milagritos Castillo Cáceres, una luchadora y fiel devota del Señor de los Milagros, a quien se encomienda cada día para que proteja a ella y sus familia, y que le permita seguir trabajando por los demás.

Ella asegura que muchas veces ayudó al papa León XIV en sus múltiples actividades de ayuda humanitaria, pero que también aprendió a leer la biblia y hasta se daba tiempo para enseñarles inglés.

“Ustedes me enseñan español y yo les enseño inglés decía siempre el padre. Era un tipo muy sencillo y le gustaba los jeans, era su vestimenta favorita. Es un hombre culto, siempre le gustaba escuchar antes de juzgar, y tenía un rostro de ángel. Cultivamos una muy buena amistad, ya después él se fue y luego supimos que lo eligieron obispo de Chiclayo, pero siempre estuvimos contentos de sus logros”, asegura doña Milagritos.

Ana Paula y Milagros afirman que la designación de Rober Prevost como el papa León XIV es más que merecida, y confían en que pueda llevar un mensaje de paz y reconciliación en medio de los problemas de guerra, migración, hambre y miseria que se vive en muchas partes del mundo. 

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(FIN) LPZ/MAO

Publicado: 9/5/2025
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