Super Mensajes

Los algoritmos de inteligencia artificial son la piedra angular de casi todos los procesos productivos de hoy. En el terreno científico, la inclusión de herramientas automatizadas de detección y reconocimiento permiten una mejor interpretación de sucesos, como los terremotos o las enfermedades. Ahora, uno de los campos de observación más fascinantes comienza a perfilar un camino distinto: la traducción de animales.

Un reporte de The New York Times señala que la comunidad científica ya implementa sistemas de aprendizaje automático para detectar patrones que permita decodificar la comunicación animal. Hasta hoy, este avance ha permitido desarrollar servicios de reconocimiento por voz cada vez más precisos, y ese método podría replicarse para el campo animal.

Un “Google Translate” para animales

Más allá de la broma de Google por “April Fool” en 2010, el tema lleva años en desarrollo. En 1974, el filósofo Thomas Nagel había hecho referencia en “Cómo es ser un murciélago” a las radicales diferencias entre los humanos y esta especie como un enorme obstáculo para el entendimiento absoluto de sus hábitos o modos de lenguaje. Básicamente, el “nacer humanos” limita nuestra capacidad de entender a plenitud a los animales.

Bajo esa línea de pensamiento, otros investigadores dudan de que lleguemos a traspasar esa frontera mediante traductores con seres que no comparten nuestros procesos perceptuales y cognitivos básicos. “No se puede simplemente tener una conversación por Skype”, precisó Marcelo Magnasco, físico e investigador de delfines en la Universidad Rockefeller de Nueva York.

Para explicar esa idea, el Dr. Michael Bronstein, experto en aprendizaje automático y miembro del Proyecto CETI (Iniciativa de traducción cetácea),plantea las diferencias que nuestras especies tienen y cómo las asumimos: “Por ejemplo, tomemos el concepto de ’mojarse’. Creo que las ballenas no podrían entender el significado de esto”.

En 2013, Denise Herzing, fundadora y directora de investigación de la organización sin fines de lucro Wild Dolphin Project, que estudia a los delfines en el Atlántico, comenzó a probar algoritmos similares, junto con teclados y computadoras bajo el agua, para tratar de decodificar las comunicaciones de los delfines. “Puede ser que nuestra tecnología móvil sea la misma tecnología que nos ayude a comunicarnos con otra especie”, menciona en una charla TED.

 Para Diana Reiss, experta en cognición y comunicación en el Hunter College, el fin es claro: “Intentemos encontrar un Google Translate para animales”.

Grabando conversaciones entre murciélagos

El reporte recoge algunas técnicas que los investigadores han utilizado para obtener datos sobre la comunicación entre animales. En el caso de la observación de murciélagos de fruta egipcios, se registraron chillidos en audio y video desde un hábitat durante 75 días, obteniendo casi 15 mil interacciones entre los animales.

Hasta el momento, el sistema algorítmico de detección del lenguaje implementado en estos proyectos logra una precisión del 61%, sobre todo en situaciones “normales” de esta comunidad: peleas y discusiones sobre espacio y territorio. “Básicamente, se están empujando unos a otros”, dijo Yossi Yovel, neuro ecólogo  de la Universidad de Tel Aviv que dirigió la investigación. “Imagina un gran estadio en el que todos quieren encontrar un asiento”.

Sin embargo, este nivel de percepción permitió identificar algunos escenarios consistentes, como peleas por la comida, el apareamiento, la posición o el sueño. Incluso el software fue capaz de determinar al murciélago que era reprendido con el chillido.

Cuervos que olvidan su idioma

En el caso del Earth Species Project, llevan u tiempo desarrollando algoritmos de aprendizaje para elaborar un inventario de las interaccio9nes de cuervos hawaianos en cautiverio, una especie casi extinta tras dos semanas y que es imposible de encontrar en la naturaleza.

El grupo de observación señaló sus preocupaciones sobre una facultad peculiar: la posibilidad de que un cuervo haya olvidado códigos de comunicación durante su cautiverio, y que estas habilidades olvidadas afecten su capacidad cuando vuelvan a la naturaleza.

“Su repertorio vocal puede haberse erosionado con el tiempo, lo cual es una preocupación real para la conservación”, dijo Christian Rutz, ecologista conductual de la Universidad de St. Andrews en Escocia. “Los mantienen en estos aviarios para criar pájaros para futuras liberaciones. Pero ¿y si estos cuervos ya no saben hablar cuervo?”.

Debates éticos

Finalmente, este avance llama a otro tipo de situaciones éticas, como la interpretación real de estas traducciones y la posible manipulación de contenidos. Además, este proceso está encadenado a la necesidad de desarrollar un sistema de respuestas para generar “verdaderas conversaciones” y un entorno estimulante para que ambas partes quieran comunicarse.

La constante en estas investigaciones es proporcionar una nueva visión de la vida animal y generar, con ello, un cambio social más amplio al desarrollar mejores condiciones para el monitoreo y bienestar de la fauna global.