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El Pleno del Congreso se pronunciará hoy sobre un dictamen que autoriza un nuevo retiro de fondos que fueron ahorrados para asegurar las jubilaciones.
Es la séptima vez que se autorizaría un retiro de las AFPs, en este caso sin condicionamientos y hasta de 4 unidades impositivas tributarias, es decir más de 20 000 soles. La mayoría de los especialistas han explicado que esta medida significará que un nuevo contingente de futuros jubilados entrará a la etapa final de sus vidas sin ingresos pensionarios.
En la comisión de Economía las bancadas de izquierda y la fujimorista han coincidido en aprobar el dictamen, sosteniendo que se trata de una manera de aliviar la precariedad causada por la caída de nuestra economía y el aumento del desempleo. Los promotores del dictamen no han probado que los que podrán retirar sus fondos en esta séptima oportunidad, sean las personas con menores recursos. Y resulta obvio que los más afectados por la crisis económica son los peruanos informales que no han cotizado en ninguna de las modalidades de ahorro previsional.
Para nadie es un secreto que cerca de 70% de nuestra población económicamente activa trabaja de manera informal, sin aportes para pensiones y en general sin los derechos asociados al trabajo formal.
Lo más grave de la situación es que ni el Ejecutivo ni el Congreso han hecho un esfuerzo serio para garantizar una reforma general de nuestro sistema previsional.
Es cierto que también en Chile, donde fueron inventadas las AFPs, existen muchos cuestionamientos, en particular por el bajo nivel de las pensiones. La realidad es que la esperanza de vida ha crecido en nuestro país y ya hay 800 000 personas cuyo único ingreso monetario es Pensión 65, es decir 250 soles cada dos meses. Los mandatos electivos son de cinco años, pero eso no significa que congresistas y miembros del Ejecutivo se sientan eximidos de garantizar una vida digna a los ancianos de la próxima generación.
Las cosas como son