Hace unas semanas, las autoridades del condado de Harris, en Texas, aprobaron la entrega de cheques de estímulo de U$D 500 durante 18 meses, como parte del programa Uplift Harris.
Sin embargo, las ilusiones de los 1 928 ciudadanos elegidos se ven accidentadas, ya que corren el riesgo de perder este beneficio por decisiones políticas de autoridades afines a Donald Trump.
Demanda en contra del programa Uplift Harris
El fiscal general de Texas, Ken Paxton, presentó una demanda en contra de Uplift Harris, programa al que señaló de “extralimitarse ilegítimamente” por entregar dinero público “sin ningún tipo de control sobre sus gastos”.
Paxon indicó que el plan es inconstitucional porque el dinero de los contribuyentes debe gastarse legalmente y usarse para promover el interés público. Asimismo, argumentó que el programa violaría la Constitución de Texas, que “prohíbe expresamente regalar fondos públicos en beneficio de individuos”.
“Estoy demandando para impedir que los funcionarios del condado de Harris abusen de los fondos públicos para obtener ganancias políticas”, indicó mediante un comunicado de prensa.
Frente a estas acciones, el jefe jurídico del Condado Harris, Christian Menefee, rechazó la demanda de Paxton y la calificó como “un intento del estado para bloquear el inicio de los pagos bajo este programa”.
Por su parte, la administradora ejecutiva de Harris, Lina Hidalgo, afirmó que las familias afectadas están atrapadas en postura políticas por parte de líderes "trumpistas" en Texas.
Hasta el momento, el condado de Harris no ha dado a conocer algún retraso o cese de este beneficio económico a su ciudadanía.
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