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Hania Pérez de Cuellar confiesa que compró Rolex ‘bamba’ en China cuando era jefa de Indecopi

Ministra de Vivienda hizo de escudera presidencial pero terminó por las patas de los caballos.    

El miércoles 20 de marzo, la ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar Lubienska (50),nieta del ex embajador Javier Felipe Ricardo Pérez de Cuellar de la Guerra (+100),ensayó en los medios una defensa fallida de la presidenta Dina Ercilia Boluarte Zegarra (61) con relación a la adquisición asolapada de sus costosos relojes Rolex.  

Pérez de Cuéllar Lubienska pretendió convalidar con poca fortuna en televisión la adquisición de un costoso reloj marca Rolex Datejust de acero y oro rosado de 18 quilates, valorizado entre los US$ 12 mil y los US$ 16 mil, aun cuando la jefa de Estado estaba obligada a informar sobre esa joya porque su valor sobrepasa las 2 Unidades Impositivas Tributarias (UIT),es decir los S/ 10,300.

Pero esa no era la única joya que Dina Boluarte guardaba bajo siete llaves, pues en la investigación que abrió el lunes 18 de marzo la Fiscalía de la Nación, también se evidenció que poseía otro reloj de acero con bisel de oro blanco, cuyo valor está estimado en unos US$ 8,000 y un tercer aparato, de características aún no precisadas pero presumiblemente de alto valor monetario.

El Área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales del Ministerio Público envió el martes 19 de marzo un oficio al presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Lino Adrianzén Olaya (57),solicitándole información detallada sobre un total de 15 relojes que la presidenta Boluarte Zegarra habría adquirido o recibido en los últimos años.

En su itinerario mediático del miércoles 20 de marzo, la ministra Pérez de Cuellar Lubienska ya había asumido su papel de pararrayos político, pues anunció que Dina Boluarte no declararía en público en torno al tema de sus costosos relojes, sino que lo haría ante la Fiscalía, dentro de las diligencias preliminares en las que ha quedado envuelta por delito de enriquecimiento ilícito.

‘¿Quién está detrás de esto? ¿Por qué sale ahora cuando esto se supone que es de hace tiempo? ¿Por qué recién sale ahora? ¿Esto es una venganza? Yo creo que eso, ustedes, los medios de comunicación, tienen que investigar’, manifestó la ministra de Vivienda.

Pero ahí no se zanjó el tema, pues Hania Pérez de Cuéllar también manifestó: ¿Por qué no lo sacaron hace 3 o 6 meses? Puede ser venganza, puede ser un complot para tumbarse el Gobierno. Eso es lo que hay que investigar. Eso es parte de las investigaciones que hace el periodismo’.

En su intento por salvar el pellejo de Boluarte, la ministra deslizó la posibilidad de que el Rolex Datejust de acero y oro rosado de 18 quilates de la jefa de Estado podía no ser original, pues relató que ella misma adquirió una réplica en China, cuando estaba a cargo del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi). 

‘Yo, cuando fui a China, me compré uno que era réplica. Son más parecidos al original y más caros’, mencionó, tratando de inmolarse como un bonzo por su jefa.

En ese momento ya se había hecho pública la distorsionada versión periodística de que ella sindicaba al ex premier Luis Alberto Otárola Peñaranda (57) como el responsable de haber filtrado la información de los Rolex presidenciales.  

‘Yo en ningún momento me he referido al señor Alberto Otárola como el autor de una venganza o de un complot. Yo he dicho que esto me suena a venganza o a complot. Que el periodista haya inferido o supuesto eso, es un tema del señor (Nicolás) Lúcar. (…) Es más, yo no creo que sea él’, declaró.

El ex jefe del gabinete había publicado un momento antes una serie de tuits en los que negaba haber filtrado información sobre el origen de los Rolex de Boluarte y dijo sentirse decepcionado por las negadas declaraciones de la ministra de Vivienda.

El viernes 22 de marzo circuló la versión palaciega de que la presidenta Dina Ercilia Boluarte Zegarra le había pedido a la ministra Hania Pérez de Cuéllar que no volviera a manosear el tema. Como quien dice: no me defiendas, comadre.