Tuvimos la oportunidad de estar junto a un grupo de padres y madres, por estos días. Me imaginaba, cuando vimos al grupo, un diálogo en torno a la política, la pandemia, los ministros pasables y de los otros.
Nos EQUIVOCAMOS.
Nos equivocamos con mayúscula. El tema, y con diferentes caminos y soluciones, fue la educación de sus hijos o hijas, en tiempo de internet. La mayoría hablaba de haberse sentido, lanzado a una piscina, sin saber nadar, para ayudar a sus hijos. Fue un gran problema. Las preocupaciones técnicas siguen y el sistema de maestros, educandos, padres está vigente. En algo todos están de acuerdo, los niños se han quedado privados de muchas materias, en conocimientos y, avanzar costará mucho tiempo.
Hoy, en una gran cantidad de casos, papá y mamá trabajan. Salen temprano y llegan por la tarde avanzada, ¿cuándo hay tiempo para apoyar al menor? Hay riesgos mayores que siguen y continuarán vigentes. No aparece la solución. Los casos de pandemia no se detienen. Los niños no van al colegio y son esclavos de lo virtual muchas veces con resultados muy dudosos. La preocupación de los padres tiene su explicación. Los niños son las víctimas… La mayoría de las veces sin entender, de lo que llega virtualmente.
Al canciller le faltó un saludo
Ricardo Cervera es uno de los tantos periodistas que el año pasado se fue víctima de la Covid-19, fue también muy amigo de esta casa, donde tuvo un cargo como buen lambayecano. A Ricardo le sobraban amigos. El sembraba amistad. Comprensión. El buen consejo nunca le faltaba. Señalaba a su amigo, Héctor Béjar, el hoy ministro de Relaciones Exteriores, como un peruano mal aprovechado por el país y, se llenaba de orgullo, cuando recordaba al actual canciller como doctor en Sociología, máster en Política Social, abogado y Licenciado en Derecho, estudiantes de la Escuela de Arte y para no perder el tiempo catedrático en la Universidad de San Marcos y de la Universidad Católica. Ricardo hoy debe estar feliz donde llegó el amigo de tantas jornadas. Al actual ministro de Relaciones Exteriores le faltó una felicitación. Seguramente le llegará por estos días, y vendrá desde el cielo. Seguramente dirá Ricardo.
Cuidado como hablan
Hay algunos excesos, por no decir abusos, entre nuestras figuras políticas en usar el idioma. En el Congreso, por ejemplo, entre los asesores no habrá alguien que revise las expresiones escritas y luego expresadas.
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