Hemos llegado a este estado, simple y llanamente porque “nuestros políticos” han evitado, y lo siguen haciendo, que se investigue a los corruptos, sobre todo, en la época de Toledo, cometidos por altos funcionarios y empresarios. En la actualidad, es evidente el atentado contra la vida y la salud de los peruanos, pero, no pasa nada en contra de ellos. A partir del 2001, el comentario que se escuchaba era referido a funcionarios del gobierno de turno, había recibido millones de dólares de coima, de empresarios extranjeros y peruanos; hubo algunas denuncias, pero, no sabemos cómo terminaron. En los últimos años, los gobiernos regionales, locales han recibido dinero del canon minero, ignoramos su destino, pero sí, somos testigos del desamparo de sus pobladores y los actos delictivos cometidos, no hay investigación al respecto. Es por ello que algunos luchan por ser congresistas, para conseguir impunidad y pese al conocimiento de los delitos que han cometido; sin embargo, salen elegidos y luego nos quejamos.
Hace años se reclama que el mandato congresal sea renovado cada dos años y medio, porque en las últimas décadas el Congreso –FRAGMENTADO– es cada vez peor que el anterior, priman intereses políticos y no, en nuestro país. Hubo convocatoria a Referéndum para modificar algunos artículos de la Constitución Política. Pero, no se planteó la revocatoria del mandato congresal, con la seguridad que el convocante iba a manejar a dicho Poder del Estado y ya conocemos lo que sucedió. Las leyes que vienen aprobando son netamente populistas y no a favor de los peruanos, ni brinda seguridad jurídica, a pesar de la gran cantidad de asesores y los resultados de sus “consejos”, demuestran que no aportan nada.
Los votos no son transferibles ni endosables, debemos tener libertad de conciencia para votar, porque ningún jefe de partido o dirigente debe recomendar por quién votar, para experiencia, recordemos lo sucedido en las últimas elecciones. Es importante que no olvidemos la pandemia, de los 140,000 muertos, de la catástrofe económica a la que nos han llevado los últimos gobernantes. Debemos esperar al nuevo gobierno y Congreso de la República, para que se adquieran vacunas de garantía para todos los peruanos y su adquisición se lleve a cabo en forma transparente, es decir, basta de corrupción; reactivar la economía, crear nuevos puestos de trabajo. El Ejecutivo y Congreso no se conviertan en agencia de empleos, se contraten a personal estrictamente necesario, respetando la meritocracia y no el favor político, tener en cuenta la solvencia moral e intelectual de cada uno de ellos; y, de ninguna manera, a incapaces, como siempre ha sucedido.
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