Super Mensajes

Dos grandes poetas iluminaron las letras en los primeros decenios del siglo pasado: César Vallejo y José María Eguren. Uno de nuestros mayores historiadores, Jorge Basadre se encargó de describirlos: “La melancolía de Eguren hiere; el dolor de Vallejo desgarra. La una penetra como una niebla; el otro estruja como una zarpa”.

También te puede interesar: La civilización de Caral vivía en armonía con la naturaleza

Hoy Vallejo es considerado el poeta universal. Basadre hace un recorrido por la vida de Vallejo donde da cuenta que fue “el undécimo y último hijo del matrimonio de Francisco de Paula Vallejo Benites con María de los Santos Mendoza, en Santiago de Chuco e hijos de dos sacerdotes españoles y dos indígenas peruanas. La familia pertenecía a la clase media baja. Nació en esa ciudad el 16 de marzo de 1892”.

Después de haber pasado por el colegio nacional de Huamachuco o por ese entonces, añade Basadre, ingresó como ayudante cajero en una hacienda azucarera de Chicama y como preceptor de los hijos de un rico terrateniente de Huánuco; acaso esta experiencia cercana al drama campesino se proyectó en algo en su obra y en sus inquietudes.

Perteneció entre 1915 y 1918 más o menos a la bohemia cultural del país, de la que también formaron parte Antenor Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, Víctor Raúl Haya de la Torre. Se graduó de bachiller en Letras en 1915 con una tesis sobre el romanticismo en la poesía castellana.

En 1911, Clemente Palma, hijo de nuestro tradicionalista Ricardo Palma, había rechazado en Variedades una composición de Vallejo; y lo mismo hizo en 1917 con otra que luego perteneció al libro Los heraldos negros dedicándole un comentario despectivo que apareció en la sección «Correo franco» de aquella revista.

Basadre cuenta que a Lima llegó en 1918 en fuga después de un incidente producido por los celos de una mujer. Ese año (el de la Reforma Universitaria en Córdoba) editó el libro Los heraldos negros. Además, colaboró en la revista de Mariátegui Nuestra Época. De ahí, Vallejo comenzó a destacar.

Su paso por la cárcel

En la biografía que hace Jorge Basadre de Vallejo, narra que en 1920 viajó a Santiago de Chuco y “fue acusado sin fundamento, con diecinueve personas más, de los delitos de daño e incendio de una tienda. Preso, fue conducido a la Cárcel Central de Trujillo. Hubo gestiones de intelectuales y estudiantes en su favor; en octubre de 1921, a los 113 días de permanencia en la prisión, obtuvo la libertad condicional”.

Este episodio, continúa Basadre, ejerció gran influencia en su vida. Entonces escribió varios de los poemas de Trilce. En Lima se dedicó poco después a una vida de bohemia que incluyó el alcohol y las drogas, pero no lo alejó de la creación literaria. Ganó entonces el con curso organizado por la Sociedad Entre Nous con su relato “Más allá de la vida y de la muerte”.

En 1922 apareció en Lima (con un vislumbre y una valentía heroicos en aquella época) su libro de poemas Trilce con prólogo de Antenor Orrego, su admirador y consejero de muchos años. Esta publicación produjo desconcierto.

El libro ha nacido en el mayor vacío (escribió entonces Vallejo al mismo Orrego). “Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su estética. Hoy, y más que nunca quizás, siento gravitar sobre mí una hasta hoy desconocida obligación sacratísima de hombre y de artista ¡la de ser libre!”, escribió Vallejo tal como recoge Basadre. Era un grande.

Trilce revalorado

El 17 de junio de 1923 emprendió viaje a Europa, pese a que el juicio que se le promoviera en Trujillo no había terminado. A partir de julio de ese año empezó para Vallejo en París una existencia asechada por la miseria.

Hizo traducciones, envió crónicas a las revistas de Lima, Variedades y Mundial y a El Comercio. Viajó a España. En 1928, atraído por el comunismo, hizo su primer viaje a la Unión Soviética. Junto con Georgette Philippart, que tenía entonces algunos medios económicos y que fue la esposa y la compañera en los últimos años de su vida, realizó en 1929 la segunda visita a Rusia.

En 1930 apareció en Madrid la segunda edición de Trilce, donde se considera como una violenta ruptura con toda imitación o influencia literaria, una liberación audaz de los cauces usuales del metro y de la rima, a la vez que de la sintaxis y de la lógica aparente. Es como advertían, “una pureza poética”.

Lo más visto en Exitosa

The post La originalidad de César Vallejo y sus poemas que desgarran appeared first on EXITOSA NOTICIAS - NOTICIAS DEL PERU Y EL MUNDO.