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A pocas horas de hacerse público la muerte asistida de Ana Estrada, la mujer activista que luchó por el derecho a la eutanasia en el Perú, la Defensoría del Pueblo se pronunció a través de sus redes sociales y destacó su batalla judicial y personal como un "un hito importante en el ejercicio de derechos humanos, como es la muerte en condiciones dignas".

"Un derecho fundamental"

La organización gubernamental, que ha acompañado a Ana Estrada en su proceso legal a través de un equipo especializado, sostuvo que el acceso a la eutanasia es un avance en el país para finalmente reconocerlo como "un derecho fundamental".

"Este caso marca un avance en el reconocimiento de la dignidad humana como derecho fundamental que debe ser reconocido y respetado en todo el ciclo vital, incluso al final de la vida. Nosotros participamos el proceso judicial, en salvaguarda de los derechos humanos", añadió la entidad a través de la plataforma X.

"Murió en sus propios términos"

La noticia de la eutanasia de Ana Estrada fue informada por su abogada Josefina Miró Quesada, a través de un comunicado, donde expresaba que su muerte asistida se dio "en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final".

"La lucha de Ana por su derecho a una muerte digna ha permitido visibilizar y sensibilizar a miles de peruanos y peruanas sobre la importancia de defender este derecho. Su lucha ha trascendido las fronteras de nuestro país y ha marcado un hito en la región. Ana se convirtió en el rostro de esta justa causa que se propone a defender la dignidad de principio a fin de la libertad de decidir sobre nuestras vidas y propios cuerpos", suscribió la letrada.

Seguidamente, la abogada señaló que el legado de Ana vivirá en la mente y el corazón de muchas personas y en la historia de nuestro país".

¿Qué enfermedad tenía Ana Estrada?

Como se recuerda, la psicóloga de profesión padecía desde los 12 años de polimositis, una enfermedad degenerativa e incurable que inflama y debilita progresivamente los músculos. Actualmente, a los 48 años, la enfermedad había debilitado tanto su salud que se encontraba postrada en cama, dependía de un respirador artificial y había perdido la voz.

Fue en esa condiciones que finalmente Ana Estrada pudo ponerle fin a su vida mediante la asistencia de un médico, solo después de una ardua batalla legal que implicó primero una histórica sentencia por parte del Poder Judicial, en febrero de 2021, y después su respectiva ratificación por la Corte Suprema, en julio del 2022.

De esta manera, la Defensoría del Pueblo informó que el logro de Ana Estrada en acceder a la eutanasia ha significado un hito importante para los derechos humanos en el Perú.