Morir con dignidad es el precedente judicial que ha dejado la activista Ana Estrada quien accedió a la eutanasia, tras una lucha de varios años, el domingo último. María Benito, quien padece de esclerosis lateral amiotrófica aún sigue esperando que Essalud cumpla con el fallo del Poder Judicial que ordenó que un médico la desconecte de los equipos que la mantienen con vida.
El martes 2 de marzo del 2021, Ana Estrada dijo que era el día más feliz de su vida. “No me sentía libre y pensé: el día que yo escriba o pronuncie que soy libre ese día será el día más feliz de mi vida. Ahora lo puedo decir y escribir”, dijo entonces. Ese día el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el Ministerio de Salud y Essalud anunciaron que no apelarían la sentencia que permitiría que este domingo, tres años después, Ana accediera a la eutanasia. A sus 47 años Ana ha muerto dignamente, hoy ya es libre.
La lucha de Ana Estrada empezó en enero del 2019 cuando decidió pelear por su derecho a la muerte digna tras padecer de polimiositis, una enfermedad degenerativa e incurable que la mantenía inmovilizada. Ana tuvo que convertirse en una activista en busca de ejercer su derecho a poder decidir en su propia vida y su propia muerte.
Ana empezó contando en su blog ‘Ana busca la muerte digna’ cómo empezó a padecer desde los 12 años cuando no pudo extender su brazo izquierdo en una clase de natación. Dos años después, fue diagnosticada con polimiositis. En adelante, llegaron las fisioterapias, los medicamentos y todos los pesares que conlleva enfrentar una enfermedad autoinmune.
Inició así un camino para que se pueda escuchar su voz. En septiembre del 2019, la abogada Josefina Miró Quesada y el entonces adjunto por los Derechos Humanos de la Defensoría del Pueblo se comunicaron con ella para ofrecerle llevar su caso en el ámbito legal. Ana aceptó y la Defensoría presentó una acción de amparo en favor de Ana ante el Poder Judicial. En febrero del 2021, el el 11° Juzgado Constitucional de Lima declaró fundada en parte la demanda y determinó que no puede aplicarse la figura de homicidio piadoso contemplada en el artículo 112 del Código Penal, “con lo que el Ministerio de Salud y Essalud deben asegurar que Ana tenga acceso a una muerte digna cuando lo solicite”.
En el 2022, la Corte Suprema ratificó la sentencia y recién en febrero del 2023, un año después, el Poder Judicial ordenó a Essalud a que se ejecute. Ahora el entrampamiento se dio en Essalud ya que Ana presentó algunas observaciones al borrador de protocolo aislado de eutanasia que se había elaborado. Una de ellas fue el poder elegir a un médico de su confianza para realizar el procedimiento de la eutanasia. Essalud aceptó los cambios y en enero de este año le informó a Ana que el protocolo estaba listo para cumplir con su decisión.
La mañana de este lunes, su abogada y amiga Josefina Miró Quesada, publicó en sus redes sociales el comunicado que anunciaba que, finalmente, Ana Estrada accedió a la eutanasia y murió con dignidad.
Un precedente histórico
La muerte de Ana Estrada ha dejado una huella histórica sobre el reconocimiento del derecho a morir con dignidad. Ahora, quien espera seguir por ese camino de libertad es María Benito, una paciente con esclerosis lateral amiotrófica en estado avanzado, que también ha solicitado al sistema judicial peruano morir con dignidad. Su caso es un tanto diferente pues ella no busca la eutanasia, lo que pretende es que no sigan prolongando artificialmente su vida con un ventilador mecánico sin el que no podría continuar viviendo.
María Benito, de 66 años, pidió a Essalud en abril del 2023 que le retiraran el ventilador mecánico que la mantiene con vida debido al sufrimiento físico y emocional que padece por su enfermedad. Essalud se negó al considerar que se le estaba pidiendo ejecutar la eutanasia. Benito, entonces, demandó a la entidad debido a que estaba vulnerando su libertad e integridad personal. A fines de enero de este año, la Tercera Sala Constitucional de la Corte Superior de Justicia de Lima ordenó a Essalud que, bajo previo acuerdo con los hijos de Benito, se desconecten los equipos que la mantienen con vida.
Josefina Miró Quesada, quien también es abogada de Benito, contó a Epicentro TV cómo es el sufrimiento que padece María, quien solo puede comunicarse a través de los ojos.
Sin embargo, Essalud aún no acata el fallo argumentando que 12 médicos, hasta el momento, se han negado argumentando objeción de conciencia para no cumplir el mandato por creencias religiosas.
Percy Castillo, ex adjunto de Derechos Humanos de la Defensoría, recordó que el caso de Benito también es un precedente sobre el derecho de los pacientes a decidir si reciben un tratamiento.
La espera de María, como han contado sus abogados, está envuelta de agonía, sobre todo ahora que está perdiendo la visión, su única ventana para comunicarse. “Está atrapada en su propio cuerpo”, ha resumido Josefina. Es hora de que también se pueda liberar.