Esta no es la primera vez que Rusia ha señalado a Ucrania en relación con el ataque
El Comité de Instrucción de Rusia ha sacudido los cimientos de la investigación sobre el reciente ataque en Moscú, al afirmar que los atacantes, responsables de la muerte de más de 140 personas en un teatro de conciertos, tenían vínculos con “nacionalistas ucranianos”. Esta declaración ha provocado una respuesta contundente de la Casa Blanca, que acusó a Rusia de propagar “basura”.
El comité anunció la detención de otro posible implicado en el atentado, señalando su participación en la financiación de los terroristas. Según las autoridades rusas, los atacantes habrían recibido grandes sumas de dinero en efectivo y criptomonedas de Ucrania, revelando una conexión que despierta nuevas preguntas sobre el origen y la motivación del ataque.
Sin embargo, la respuesta de la Casa Blanca fue rápida y directa. John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, no dudó en calificar a los líderes rusos como “vendedores de basura”, desacreditando sus afirmaciones y denunciando una campaña de propaganda sin sentido por parte de Rusia.
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Mientras tanto, el Comité de Instrucción de Rusia persiste en sus afirmaciones, anunciando que solicitará el arresto del sospechoso recientemente detenido y destacando la existencia de “datos confirmados” sobre la financiación de los terroristas desde Ucrania. Estas afirmaciones, basadas en el análisis de transacciones financieras y otros elementos de investigación, añaden un nuevo giro a la compleja trama del ataque en Moscú.
Esta no es la primera vez que Rusia ha señalado a Ucrania en relación con el ataque. A pesar de que el grupo Estado Islámico reivindicó la responsabilidad del atentado, Rusia ha persistido en su búsqueda de una “huella ucraniana”. Por su parte, Ucrania ha negado categóricamente cualquier implicación en el ataque, destacando la falta de pruebas concretas que respalden las afirmaciones rusas.
En medio de acusaciones cruzadas y contradicciones, el enigma del ataque en Moscú sigue sin resolverse por completo. Mientras tanto, las familias de las víctimas y la comunidad internacional esperan respuestas claras y transparentes que arrojen luz sobre este trágico suceso, el más mortífero en Rusia en dos décadas.