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Es crucial realizar un diagnóstico temprano y adoptar un enfoque multidisciplinario

En Perú, una de cada 100 personas mayores de 65 años sufre de Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que afecta el sistema motor de brazos y piernas. Según el Ministerio de Salud del Perú, existen aproximadamente 30 mil casos diagnosticados de Parkinson en el país. Además, se estima que una de cada 250 personas mayores de 40 años también padece esta enfermedad.

El Parkinson se caracteriza por la degeneración progresiva de las neuronas en el sistema nervioso central, lo cual afecta principalmente la motricidad de los individuos afectados. Los síntomas iniciales suelen ser sutiles, como un ligero temblor en una extremidad, generalmente en la mano. Con el tiempo, estos síntomas pueden empeorar y provocar rigidez muscular y trastornos del movimiento. Además, el Parkinson puede dificultar el habla y reducir la capacidad de movimiento y expresión facial.

Aunque no existe una forma de prevenir el Parkinson, es importante conocer los síntomas y factores de riesgo para poder detectarlo a tiempo. Si bien no hay cura para esta enfermedad, el tratamiento farmacológico puede ayudar a mejorar significativamente los síntomas. En algunos casos, se pueden recomendar intervenciones quirúrgicas para regular las funciones cerebrales y mitigar las manifestaciones de la enfermedad.

El diagnóstico de Parkinson se realiza a través de una evaluación realizada por un neurólogo especializado en enfermedades del sistema nervioso. Aunque no existe un examen médico específico para diagnosticar la enfermedad, el neurólogo puede determinar su presencia mediante el análisis de antecedentes médicos, la revisión de síntomas y una evaluación neurológica y física.

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Es crucial realizar un diagnóstico temprano y adoptar un enfoque multidisciplinario en el manejo de la enfermedad de Parkinson para mejorar la calidad de vida de los pacientes. El tratamiento se basa en una combinación de medicamentos, terapias de rehabilitación y, en algunos casos, cirugía. Aunque estos tratamientos no detienen el avance de la enfermedad, ayudan a controlar eficazmente los síntomas, permitiendo a los pacientes mantener su independencia y mejorar su calidad de vida.

Entre los síntomas motores y no motores más comunes de la enfermedad de Parkinson se encuentran el temblor, la lentitud de movimientos, la rigidez, la pérdida del equilibrio, la dificultad para caminar, la demencia, los trastornos del sueño, el deterioro cognitivo, el dolor, los trastornos mentales como la depresión o la ansiedad, y las alteraciones sensoriales.

Algunos factores de riesgo que se han identificado incluyen la edad, ya que el Parkinson es más común en adultos mayores de 60 años, y el género, siendo más probable que afecte a los hombres que a las mujeres. Además, la exposición continua a herbicidas y pesticidas también puede aumentar ligeramente el riesgo de desarrollar Parkinson.

El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta el sistema motor y presenta una amplia gama de síntomas. Si bien no tiene cura, un diagnóstico temprano y un enfoque multidisciplinario en su manejo pueden mejorar la calidad de vida de los pacientes. Es importante estar informado sobre esta enfermedad y sus factores de riesgo para poder detectarla y tratarla a tiempo.