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“Mi fotografía es un arte arequipeño”(Declaración de Martín Chambi, en una entrevista en El Pueblo. Arequipa, 19 de abril de 1947)

Martín Chambi es, por méritos propios, que soy el primero en aplaudir, el más importante y conocido fotógrafo peruano y es reconocido por todos los conocedores del arte fotográfico, como uno de los grandes retratistas del mundo.

Chambi, puneño de nacimiento, arequipeño de formación, cusqueño en su realización, fue un ser universal que tuvo la sagacidad y el talento de descubrir en los indios quechua hablantes como él, la belleza, la dignidad y la condición humana que la sociedad peruana, de la primera mitad del siglo XX les negaba y, sin hipocresía, les niega todavía en el siglo XXI.

Martín Jerónimo Chambi Jiménez, nació el 5 de noviembre de 1891, en el pueblo indígena de Coaza, en la provincia puneña de Carabaya. A los catorce años de edad, en que muere su padre (1905),para poder sobrevivir viajó a trabajar en unas minas de las orillas del Inambari, donde posiblemente conoció la fotografía y aprendió sus rudimentos de algunos ingleses que en puestos de mando trabajaban en la Santo Domingo Mining Co. Se cree que esos ingleses le aconsejaron viajar a Arequipa para aprender el oficio de fotógrafo, o que, simplemente le contaron que en Arequipa había unos fotógrafos excelentes y él, por su cuenta y riesgo, se vino a la Ciudad Blanca con ese propósito.

Ya en Arequipa en 1908, entró a trabajar como aprendiz en el estudio del entonces consagrado Max T. Vargas. En nueve años (1908 a 1917) de trabajo con Vargas aprendió de su maestro todos los secretos de la fotografía artística y documental y la forma de organizar y dirigir con éxito un estudio fotográfico. En los primeros de esos nueve años y en el mismo estudio de Max T. Vargas fue compañero de aprendizaje con Carlos y Miguel Vargas Zaconet, quienes el año de 1912 abren su propio estudio Vargas Hermanos que, con el paso de los años alcanzó justa fama y nombradía en la Ciudad Blanca (los hermanos Vargas Zaconet no fueron parientes de Max T. Vargas, solo fueron sus discípulos).

Martín Chambi se fue a trabajar con los hermanos Vargas en 1912 porque se hicieron muy amigos en la pasión por la fotografía y en el trabajo cotidiano. Como los Vargas Hermanos eran unos investigadores del poder expresivo de la luz y de la sombra, e idearon una serie de procedimientos para registrarlas en sus estupendos retratos de estudio y en los no menos extraordinarios Nocturnos, Chambi aprendió de ellos y experimentó con ellos.

En esos nueve años en Arequipa, maduró el adolescente Martín Chambi que llegó con diecisiete años de edad, se casó, vio nacer a sus hijos y, lo que es muy importante se hizo un fotógrafo de primera. También en Arequipa se definió, constituyó y cimentó la vida familiar de Martín Chambi. Aquí en 1914 se casó con la arequipeña Manuela López, con la que al pie del Misti tuvo sus primeros dos hijos que, como la madre, fueron arequipeños: Celia y Víctor. Con ellos, su esposa y dos hijos arequipeños, partió Martín Chambi de nuestra ciudad en 1917.

Instalados en Cusco en 1920, la cola- boración de Manuela en el quehacer fotográfico fue fundamental, Martín Chambi sabía que dejaba en buenas manos la administración del estudio fotográfico cuando él salía a fotografiar por las provincias de Cusco y en el sur del Perú. Sus hijos arequipeños, a los que se agregaron los cusqueños, conforme se iban haciendo mayores fueron también entrando al quehacer y taller fotográfico de sus padres, ya que su empresa fue una empresa fotográfica familiar. Por último, tanto el puneño Martín Chambi como su esposa arequipeña Manuela López supieron inculcar en sus hijos y nietos la necesidad de conservar su legado fotográfico que, felizmente hasta hoy se conserva.

Toda su vida Chambi, con gratitud y cariño, evocó los nueve años que vivió en Arequipa que definieron su vida artística, empresarial, personal y familiar, al mismo tiempo que le dio muchos amigos, entre los artistas e intelectuales y los clientes y modelos arequipeños que pudo conocer en el Estudio de Max. T. Vargas, en el Estudio de Arte Vargas Hermanos y en el Centro Artístico (téngase presente que Martín Chambi era un asistente habitual y hasta fue premiado por el Centro Artístico en 1916 y en 1917, por sus fotografías de contraluces y paisajes).

En 1917 se fue de Arequipa y abrió su primer estudio fotográfico en Sicuani, “la Arequipa cusqueña” como se le conocía a Sicuani, por haber sido hasta hacía pocos años el pueblo terminal del ferrocarril del sur (antes de que llegara a la ciudad del Cusco) y, en tal condición, tenía avecindados en Sicuani a muchas familias y sucursales de empresas arequipeñas. Tres años después, en 1920 se establece en la ciudad del Cusco donde pasó la mayor parte de su vida y se realizó como el notable fotógrafo que es. Chambi murió en el Cusco en 1973.

“El estudio de la obra de Martín Chambi y sus colegas cusqueños permite reconocer que la práctica del retrato fue la columna vertebral del oficio del fotógrafo en el sur andino peruano. Sin embargo, y pese al hecho que la maestría alcanzada permite hablar de un logro artístico individual en el retrato como obra fotográfica, no hay que ver este desarrollo como originario del Cusco. El origen de la estética de la fotografía sur andina y de sus posibilidades artísticas –y aquí no solo se alude al retrato sino a toda una práctica fotográfica profesional- se produjo varias décadas antes en Arequipa.”

“Se sabe que Chambi reconoció en 1947, al final de su trayectoria profesional, que su “arte (fotográfico) era arequipeño porque aquí aprendí a retratar y a tomar paisajes”. Luego de haber asistido a Max T. Vargas, lo que le supuso un aprendizaje esencial en

el arte fotográfico, en 1916 y en 1917 fue premiado con medallas de Cobre por el Centro Artístico de Arequipa”… “Para Chambi, ciertamente, no era mera figura retórica el hablar de arte fotográfico: al declararlo lo hace con una convicción fundamentada en una realidad histórica y una vivencia personal de cultivo y creación visuales. Si bien había heredado una concepción fotográfica rica y versátil en soluciones visuales en diferentes terrenos (paisaje, arqueología, costumbres, etc.),sus retratos fotográficos eran para él una obra que aportaba cierta información visual sobre la persona retratada, por lo que el retrato era un testimonio fiable, embellecido, y duradero sobre las apariencias del modelo, concepción que estaría sustentada por la fotogenia buscada y practicada en Arequipa.” (Andrés Garay Albújar y Jorge Villacorta Chávez. Op. Cit. Página 18).

Indudablemente Maximiliano Telésforo Vargas Galdos, más conocido en el mundo artístico como Max T. Vargas, fue un gigante de la fotografía peruana, sobre el que se apoyó otro gigante: Martín Chambi. Diversas circunstancias entre las que destacan los distintos lugares en que ejercieron su profesión, las diferentes temáticas y personajes que fotografiaron uno y otro, y el también diferencial tratamiento que dieron a sus legados fotográficos sus respectivos descendientes, han hecho de Max T. Vargas un fotógrafo de culto que solo conocen fragmentariamente los entendidos, y de Martín Chambi una celebridad que es conocido por los entendidos y por quienes no lo son en prácticamente todo el mundo.

Arequipa está en deuda con Max T. Vargas y el mejor homenaje que se le podría hacer es investigar, reunir, estudiar y difundir sus trabajos fotográficos; así como sus descendientes hacen, con el legado artístico de Martín Chambi, que hasta exhiben en un museo que tienen en la ciudad de Cusco.

(En las citas textuales de esta obra se respeta la ortografía de los originales)

Juan Guillermo Carpio MuñozenTexao. Arequipa y Mostajo. La Historia de un Pueblo y un Hombre Tomo IV. Págs. 243 – 245

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