En un contexto de transformación digital como clave para redefinir el escenario laboral, Arequipa emerge como una de las regiones con mayor dinamismo en el sur del país. De acuerdo con cifras recientes del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), se espera que durante el 2025 se generen más de 10,000 empleos formales en esta región. Esta tendencia responde a varios factores: desde el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas (PYME),hasta la fuerte inversión pública que se prevé, así como el avance –aunque desigual– en digitalización.
La proyección forma parte de los resultados de la Encuesta de Demanda Ocupacional (EDO) 2025, instrumento que recoge las expectativas de contratación de las empresas y permite identificar sectores estratégicos para el desarrollo laboral. La cifra no solo confirma una reactivación, sino también el surgimiento de nuevas necesidades que demandan perfiles técnicos y habilidades más sofisticadas.
Crece la demanda deempleoen Arequipa
Según el EDO, la región de Arequipa generará 10,432 nuevos puestos de trabajo durante el 2025, un crecimiento del 23.6% respecto al año anterior. Esta cifra se consolida en un escenario de recuperación económica sostenida y revela una apuesta regional por el fortalecimiento del empleo formal.

Este aumento se apoya en una mayor ejecución presupuestal, especialmente a nivel local. La Municipalidad Provincial de Arequipa reportó un 83% de ejecución del presupuesto público durante 2024, cifra considerada récord en la última década. Este desembolso permitió la culminación de obras como el intercambio vial Bicentenario y mejoras sustanciales en seguridad ciudadana, infraestructura vial y tecnología para el monitoreo urbano.
A esto se suma la reactivación del tejido productivo urbano-rural y la expansión del sector comercio, altamente vinculado al crecimiento de microempresas que, si bien operan con márgenes reducidos, generan empleo directo e indirecto.
Sectores y carreras más demandadas
Los datos de la encuesta también revelan que los empleadores en Arequipa priorizan profesiones técnicas y universitarias con orientación práctica. Entre las carreras universitarias más demandadas se encuentran Ingeniería de Sistemas y Cómputo, Ingeniería Civil y Contabilidad. En el ámbito técnico, destacan Mecánica y Metalurgia, Gestión Administrativa y Electricidad.


La preeminencia de estas especialidades no es casual. Responde a las necesidades de sectores clave como la minería, la construcción y los servicios logísticos. A su vez, el empuje de iniciativas públicas en obras de conectividad y seguridad urbana demandan perfiles capacitados para implementar proyectos de alta complejidad.
La migración hacia una economía más digitalizada y automatizada también está acelerando la reconversión profesional. Las empresas ya no solo buscan experiencia, sino adaptabilidad a nuevas herramientas tecnológicas, algo especialmente notorio en emprendimientos que incorporan canales de venta digital o sistemas de gestión online.
Perfil del trabajador ideal: habilidades blandas y digitales
Más allá del conocimiento técnico, el trabajador ideal en Arequipa combina responsabilidad, proactividad y trabajo en equipo. Estas cualidades, consideradas «habilidades blandas», son cada vez más valoradas frente a un mercado cambiante y con demandas inmediatas.
Sin embargo, persisten retos importantes. Solo el 2.1% de las vacantes está destinada a jóvenes menores de 29 años, una cifra que evidencia la brecha generacional en la inserción laboral. El acceso a la primera experiencia laboral sigue siendo una barrera estructural que limita la movilidad social y el aprovechamiento del bono demográfico.

En cuanto a competencias digitales, las más requeridas son básicas: hojas de cálculo, navegación web, gestión de archivos en la nube. Aunque necesarias, estas habilidades son insuficientes para abordar una transformación profunda. El inglés, por ejemplo, sigue siendo un requisito marginal, solicitado apenas en 930 vacantes, lo que reduce la competitividad internacional de la fuerza laboral local.
Inclusión e informalidad: desafíos pendientes
El informe revela que 529 puestos estarían reservados para personas con discapacidad, lo que representa solo el 5% de la demanda total. Aunque las empresas señalan no tener restricciones por edad o género, la práctica demuestra que aún queda camino por recorrer en términos de inclusión laboral efectiva.
Por otro lado, el avance del empleo formal no ha logrado desplazar al sector informal, que todavía alberga a un número significativo de microempresas. En este sentido, el Ministerio de Trabajó reveló a través de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional (EPEN) que el número de trabajadores en el empleo formal privado fue 221 247, representando un incremento de 4,9% (10 345) con respecto al mismo mes el año 2024.

Las condiciones para cerrar la brecha entre lo formal y lo informal están dadas, pero requieren voluntad política, incentivos tributarios y educación financiera que incentive la formalización voluntaria.
Contexto económico en Arequipa: inversión y digitalización
El escenario macroeconómico en Arequipa también juega a favor del empleo. El Banco de Crédito del Perú (BCP) proyecta un crecimiento de hasta 20% en colocaciones para PYMEs en la región durante 2025, superando los S/900 millones. Este financiamiento ha sido clave para que muchos negocios incorporen nuevas tecnologías, mejoren su gestión y expandan su capacidad operativa.
“El crecimiento que hemos tenido es de cerca del 15%. Este año tendríamos un crecimiento récord cercano al 20% interanual”, señaló Diego Lamas, gerente de Créditos Disruptivos del BCP. A pesar de ello, la mayoría de las habilidades digitales requeridas siguen siendo de nivel básico, lo cual evidencia que la transformación digital aún se encuentra en una etapa incipiente.
No obstante, iniciativas como el programa “Contigo Emprendedor” del mismo banco han buscado acelerar este proceso con asesorías en finanzas, liderazgo y tecnología, especialmente en sectores como el comercio, servicios y manufactura.
Arequipa se perfila como una región con fuerte impulso económico y proyecciones optimistas para el empleo en 2025. La generación de más de 10 mil nuevos puestos de trabajo formales marca un hito en la recuperación postpandemia, pero también subraya las tareas pendientes: fomentar la inclusión, reducir la informalidad y mejorar las habilidades tecnológicas.
El desafío no solo está en crear empleo, sino en asegurar que estos nuevos trabajos sean sostenibles, accesibles para jóvenes y personas con discapacidad, y en entornos laborales cada vez más adaptados a los cambios globales. Si las inversiones públicas y privadas continúan alineadas con estas metas, Arequipa podría consolidarse como una de las regiones más competitivas del país.