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Jorge Jiménez, sociólogo (Colombia)

 

Una de las problemáticas actuales que presenta toda Colombia, pero en esencia la ciudad de Medellín es una patología social producto de la falta de integración social de los individuos a la consciencia colectiva llamada Anomia. La anomia es un concepto perteneciente a la rama estructural-funcionalista de la sociología que en palabras de su autor Emile Durkheim, es un «état d’anarchie», un «état de dérèglement” -un estado de anarquía. Un estado de disturbio- que consiste en que el individuo perteneciente a una determinada consciencia colectiva, en una sociedad con solidaridad orgánica -es decir, donde no hay ninguna integración moral ni jurídica- se siente marginado o excluido de ésta misma consciencia colectiva debido a la preponderancia individual que hay en ésta, llevándolo a cometer conductas desviadas como puede ser la delincuencia o incluso el suicidio.

Y es que las denominadas sociedades con solidaridad orgánica son aquellas sociedades donde hay un debilitamiento moral por esta autonomía que hay en las interacciones de los sujetos sociales. A su vez, presenta unas leyes jurídicas que no son represivas sino al contrario hay un aparato jurídico restitutivo que en cuyo caso no hay una coercitividad que pueda causar en los individuos una intimidación que evite que cometan conductas delictivas. Colombia podría ser el claro ejemplo de una sociedad con solidaridad orgánica frustrada o infructuosa, puesto que estas solidaridades se desarrollan con un grado de interacción social también llamada “densidad dinámica” que puede ir acompañada con un proceso de modernización. Y es que el problema histórico de nuestro país radica precisamente en un proceso de modernización lleno de éxodos debido a la inmensa variedad de conflictos internos que hemos tenido, causando un “agotamiento en el proceso modernizador” que tiene como consecuencia la ruptura de la expectativas sociales tanto en la educación, en el trabajo y en la movilidad social, avivando de esta manera la anomia, siendo los barrios marginales localizados en las zonas periféricas de las ciudades el escenario perfecto en los que germina ésta patología, esto es debido al modo de vida donde trae a colación problemas como la miseria que consagra el capitalismo, la exclusión por un Estado neoliberal y la violencia producto de los choques culturales que se dieron en los ya mencionados éxodos por el conflicto armado, siendo la juventud los principales actores de esta problemática social contemporánea.

Al haber un amplío registro literario, fílmico y académico de esta problemática con libros como “No nacimos pa’ semilla” de Alonso Salazar, con películas como “Rodrigo D. No Futuro” y un sinnúmero de investigaciones sociológicas y criminológicas que tratan con mayor profundidad esta patología, la figura estatal no se ha preocupado por restaurar esta ruptura y desorganización social producto de la modernización frustrada y arbitraria que sufrió el país siendo cómplice y avivando más esta mecha que poco a poco se prolongará no solo en los barrios marginales, sino que se volverá prácticamente una cultura en la que todos estaremos alienados.

(Imagen sacada de: http://dx.doi.org/10.4067/S0718-22282009000200001)

Bibliografía consultada

  1. Gómez Navarro, J, A. (Enero/Junio, 2015) Una moral en los modos de intervención sobre la relación entre la violencia y los jóvenes en Colombia (Colombia). Revista de Trabajo Social e Intervención Social.
  2. Castrillón Baquero, J. E., Villa Gómez, J. D. y Marín Cortés, A. F. (julio-diciembre, 2016). Acciones colectivas como prácticas de memoria realizadas por una organización de víctimas del conflicto armado en Medellín (Colombia). Revista Colombiana de Ciencias Sociales.
  3. Arroyave Gómez, J, F. (septiembre-noviembre 2011). Retratos de la anomia. De los rostros de la anomia decimonónica a las máscaras de una anomia híbrida (Colombia) Katharsis – Institución Universitaria de Envigado.