Un supuesto «especialista» en seguridad, presentado por Cuarto Poder para criticar la adjudicación de una licitación de fusiles a la empresa estatal FAME, es en realidad Jorge Casanave, un empresario privado que compitió por el mismo contrato y cuya empresa ha sido vinculada al tráfico de armas.

Mientras el programa Cuarto Poder denunciaba supuestos favores políticos a la Fábrica de Armas y Municiones del Ejército (FAME), a su vez habría ocultado que su fuente clave –un comerciante de armas de nombre Jorge Casanave– era parte interesada en el negocio. Todo ello según revela una investigación del periodista Luis Ángel Villanueva, destapando así un conflicto de intereses que mancha al periodismo de investigación y revela la guerra sucia entre proveedores armamentísticos del Estado peruano.

UN «EXPERTO» CON PASADO OSCURO

En su reportaje «Caso Fortín: nombramiento exprés y contratos sospechosos«, Cuarto Poder acusó a FAME —empresa del Mindef— de haber ganado irregularmente una licitación del Mininter para comprar fusiles israelíes de la empresa Israel Weapon Industries (IWI).

Como «especialista», introdujeron a Jorge Casanave, quien tildó a FAME de «mera comercializadora». Sin embargo, omitió en el reportaje de Cuarto Poder que su empresa, Diseños Casanave Internacional SAC, según detalla Villanueva, fue postor en esa misma licitación, ofertando fusiles estadounidenses DC-M4A3 a $1,756 cada uno. Y lo hizo indicando en su oferta que su empresa las ensambla en el Perú, cuando la única autorizada para ensamblaje de armamento en nuestro país es FAME.

¿TRAFICANTE DE ARMAS? ¿QUIÉN ES REALMENTE CASANAVE?

Casanave es un conocido vendedor de armas desde los 80, pero su empresa solo importa fusiles norteamericanos, sin ensamblaje local. Por otro lado, FAME tiene transferencia tecnológica de IWI para fabricar en Perú. Esto es, FAME no trae productos acabados de fuera sino las finaliza en nuestro país.

En el reportaje, Casanave dijo que FAME «solo compra y vende», pero él mismo es un intermediario sin producción local. Sin embargo, mientras FAME ensambla armas en Perú con tecnología israelí, Casanave solo importa fusiles estadounidenses, más caros y sin inversión local. ¿Quién defiende realmente los intereses del país?

Ahora el calificativo que recibe es traficante de armas porque, en la investigación del periodista Luis Ángel Villanueva, lo vinculan a redes ilícitas, y sus fotos con rifles de alto calibre alimentan sospechas.

EL SILENCIO CÓMPLICE DE CUARTO PODER

El programa Cuarto Poder nunca reveló que su «analista» competía con FAME, ni cuestionó sus vínculos con el negocio armamentístico. Peor aún: solo FAME está autorizada para ensamblar armas en Perú, mientras Casanave opera en un limbo legal.

«¿Por qué se contó esa otra parte de la historia?», cuestiona Villanueva. «Que ambos competían por una licitación y que meses después se convertiría en denuncia y vocera contra la otra empresa. Ese detalle no se adjuntó en el informe», sentenció el periodista de investigación.

La omisión sugiere que el reportaje fue usado para favorecer intereses privados bajo la fachada de «denuncia anticorrupción». ¿Será así?