El Grupo de Alto Nivel enviado por la Organización de Estados Americanos (OEA) para evaluar la crisis política que atraviesa el Perú inició ayer el primero de sus dos días de trabajo programados, en los cuales se vienen entrevistando con diferentes autoridades.
Lo más llamativo de la jornada fue lo revelado tras la reunión de la delegación diplomática con la Mesa Directiva del Congreso, encabezada por José Williams. En conferencia de prensa, Williams señaló haber referido a los representantes de la OEA que las fricciones evidentes con el Ejecutivo no implican una crisis ni tampoco, lo más delirante, una pretensión de concretar un golpe de Estado parlamentario, a pesar de los dos procesos que apuntan a inhabilitar al presidente mediante una acusación constitucional sea por una infundada traición a la patria, o por la inconstitucional pretensión de acoger la denuncia de la fiscal Patricia Benavides que no se ajusta al artículo 117 de la Constitución. Eso, sin contar con que corre una tercera moción de vacancia por “incapacidad moral”.
“Les dijimos que existen fricciones, que son fuertes, pero no nos han llevado a una crisis, menos que se precipite que hay una intención del Congreso de hacer un golpe de Estado. Somos respetuosos de la democracia, eso fue algo que precisamos firmemente”, dijo, para luego asegurar que “no somos un Congreso golpista ni mucho menos que se aleja de lo establecido en la Constitución”.
SIN JUSTIFICACIÓN
Escondiendo debajo de la alfombra la creación de la inutil y desestabilizadora comisión que investigó el inexistente fraude electoral y absurdas censuras como la concretada contra Bettsy Chávez cuando como ministra de Trabajo reconoció el derecho a huelga de los trabajadores, Williams dijo al Grupo de Alto Nivel que los enfrentamientos con el Ejecutivo se han dado por nombramientos que no dieron la talla y por la “insistencia” del presidente Pedro Castillo en impulsar una Asamblea Constituyente.
Es decir, las tímidas iniciativas de Castillo para poner en agenda la necesidad de una nueva Constitución, que es algo que desde la izquierda y las clases populares le reclaman no haber impulsado con la debida firmeza, ahora son utilizadas por el Congreso para simular que son la causa de su política confrontacional.
Por si fuera poco, el tercer vicepresidente del Congreso, Alejandro Muñante, acusó una narrativa “contra la labor fiscalizadora” del Legislativo. “Hemos ejercido el control político y que eso de ninguna manera tiene que entenderse como una actitud golpista u obstruccionista de parte del Congreso», dijo, omitiendo la ridícula pretensión de acusar de traición a la patria a Castillo y las obstaculizaciones al manejo de la política exterior que es facultad exclusiva del Ejecutivo.
Esto, sin mencionar las decenas de proyectos de ley que esperan ser atendidos en las diferentes comisiones.
NIEGA MOTIVACIÓN POLÍTICA
En otro momento de la jornada, los representantes de la OEA sostuvieron un encuentro con la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, quien estuvo acompañada del fiscal adjunto supremo, Marco Huamán, y las fiscales superiores Karina Quineche y Marita Barreto
Benavides negó que la denuncia constitucional presentada contra Castillo tenga algún trasfondo político, y descartó que se pretenda romper el orden democrático.
Sin embargo, los representantes de la OEA deberán tomar nota del sinsentido de la denuncia constitucional, que desde la Fiscalía se apuran en aclarar que no se trata de una acusación constitucional, pero que como han advertido diversos constitucionalistas, no tiene cómo arribar a ningún puerto en los procesos del Congreso ya que no está enmarcada en el artículo 117 de la Constitución.
REUNIÓN CON EL EJECUTIVO
Tras la reunión de los representantes de la OEA con el presidente Castillo y los integrantes del gabinete ministerial, el ministro de Trabajo, Alejandro Salas, afirmó que el mandatario “solo ha pedido la unidad, diálogo, consenso y acercamiento para sacar adelante los problemas que tiene el país”.
En dicha reunión, que duró más de dos horas, Castillo señaló que se utilizan “mentiras” para golpear una gestión enfocada en “trabajar en el progreso y la igualdad para todos”.
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