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El columnista de Perú21 y experto en tecnología educativa, Sandro Marcone, aborda el tema del uso de dispositivos tecnológicos como smartphones y tablets dentro de los salones de clases, en un contexto en el que algunos países optan por prohibir este tipo de tecnologías mientras otros las promueven.

Como se sabe, recientemente en España, el Consejo Escolar del Estado aprobó por unanimidad el veto de los móviles en primaria y su limitación en secundaria a fines exclusivamente pedagógicos o médicos debido a una serie de reportes en los que se evidencian problemas derivados del uso inadecuado de smartphones, tablets o relojes inteligentes como las distracciones que ocasionan además de propiciar conductas “contra la convivencia” o bullying.

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¿Qué opinas sobre esta nueva disposición en España?

Hay una especie de tendencia antidigital que es como un péndulo. Hay momentos en donde el mundo mira hacia la tecnología, sobre todo la tecnología en educación, y se invierte muchísimo dinero, los gobiernos compran tablets, compran laptop y los colegios se conectan a Internet. Y luego hay un movimiento pendular de vuelta, que les da como una resaca, y entonces vienen este tipo de medidas prohibitivas de la tecnología. Hay un tufillo a populismo detrás de decir que prohíbo los celulares, una medida desesperada: prohíbo algo que no puedo controlar, prohíbo algo que no he logrado articular. Renuncio a la oportunidad y al desafío de enseñar sobre el uso adecuado y, sobre todo, a construir la autorregulación.

¿No comprenden la tecnología?

Absolutamente. Lo que pasa es que hay un excesivo peso del dispositivo, en si debe haber dispositivo o no. Y los dispositivos no pueden ser lo más relevante en la lógica de la tecnología educativa, es ¿qué haces con el dispositivo?, ¿para qué lo usas?, ¿qué despierta en ti?, ¿cuál es el guion pedagógico?, y justamente mi punto de la sobrerregulación es que el guion pedagógico del uso de la tecnología no puede venir por decreto de leyes. Mañana se decretará que todos aprendan, no funciona así. Lo que yo reclamo es que el docente debe construir un espacio o la institución educativa, la comunidad educativa.

Día Internacional de la Alfabetización

Mencionaste algo clave: no existe un guion

Exacto, es decir, incluso cuando un padre de familia decide poner internet en la casa, ¿por qué lo hace? ¿cuál es el plan? ¿hay un plan cuando decide que le dará una computadora a su hijo, una tablet, una laptop? Su hijo, su hija, con esa tablet conectada a Internet se va a ir a su cuarto a puerta cerrada, y luego nos sorprende cuando encontramos cosas raras en el actuar digital de nuestros hijos.

¿Crees que es ignorancia?

En el sentido menos grave de la palabra, absolutamente. Creo que en general no tenemos cultura digital, no tenemos competencia digital, entonces si nos es difícil a nosotros mismos autorregularnos con la tecnología, imagínate lo que va a ser para los hijos. Por eso no creo que debamos subestimar y caer, pues, en la tentación de prohibir, porque en este contexto en donde las familias no tienen de donde agarrarse, necesitan de los colegios, necesitan de los docentes.

No solo los padres, también las autoridades

Te das cuenta. Además, es un comportamiento errático porque compramos tecnología y la mandamos en cajas y a ver cómo la usan. Y luego, años después, venimos y las retiramos porque no han sabido usarla. ¿Dónde estuvo la construcción de la capacidad institucional o de la competencia? No hay, no hay planes, los planes terminan siendo operaciones logísticas, de mover cajas, de mover dispositivos, y no hay una profundidad. Mira lo que está pasando en Oslo, que acaba de anunciar casi en paralelo a esta noticia de España, que va a comprar 100 mil licencias de chatGPT y no hay plan. ¿Dónde van a hacer inteligencia artificial?, ¿por qué sí es oportuno tener tablets o laptos en la escuela y no móviles?, ¿por qué sí es oportuno que la escuela esté conectada a Internet? Y la respuesta es dosificación y gradualidad, pero los que no piensan en dosificación y gradualidad suelen ser los políticos.

¿Smartphones en el aula, son necesarios?

El tema de la tecnología es que no es un fin en sí mismo, el solo uso de los smartphones no hace ni al niño, ni al profesor, ni a nadie más innovador o mejor profesional o mejor estudiante. Depende de para qué lo usas, depende del propósito, para qué y por qué. El ideal sería que el docente encuentre una manera de integrar el uso del smartphone en el aula, por ejemplo, haciendo búsquedas inteligentes, tomando fotos, haciendo trabajos audiovisuales. Las instituciones educativas, el director, los propios padres de familia, no estamos listos, por lo que tiene que haber un plan. A ninguna edad aparece espontáneamente la cultura digital. Ese guion, ese plan, ese para qué, esa apropiación de la tecnología no es espontánea, no basta tener el móvil en la mano para decir ‘ya lo sé’.

Desde qué edad crees que debería un niño acceder a un smartphone.

Muchos especialistas opinan que mientras más pospongas el inicio, el despertar tecnológico es mejor. Yo creo que no hay una edad específica, que depende mucho de cada circunstancia y de que justamente el padre, la madre o el cuidador estén involucrados en la vida digital de sus hijos desde que ellos empiezan a caminar porque la calle es cada vez más digital. Pero lo que más bien tenemos que construir es la autorregulación y la autoprotección. El problema no está en el uso, sino en el abuso.

Un informe de la Unesco señala que después de recibir una notificación en clase, el tiempo para recuperar la atención de un niño es de 20 minutos.

Es que eso nunca debió suceder. Estos países que se ven obligados a prohibir quizá fueron los países que empezaron a promocionar el uso de dispositivos sin un plan, sin un guion. No tiene ningún sentido que el teléfono esté sobre la carpeta del estudiante de cualquier edad y que no se haya configurado para estar silenciado… No tenemos que responder a todas las notificaciones, no hay ninguna obligación.

Y si es una tablet que perfectamente podría tener solo los programas necesarios para el aprendizaje.

Así es, y la primera sesión del inicio de clases puede ser justamente eso, ¿cuáles son las normas de convivencia? Eso de ser demasiado sobreprotector no es un camino que nos va a llevar a buen puerto porque la mayor parte de los adultos no tiene claro qué hacer, porque siempre va a haber un mercado secundario. Si yo en mi casa le prohíbo a mi hijo usar la consola de juegos, va a terminar usándola en otro sitio, mejor que la use dónde yo puedo mirar qué está jugando. La norma por defecto siempre va a ser darle más tiempo a tu hijo. No hay un atajo para eso.

Y en el aula...

Debería haber un plan. Yo podría decirles a los chicos que saquen sus teléfonos todos, quiero que busquen una foto de tal cosa, quiero que se la envíen entre ustedes, luego decirles, guarden todo, silencien o apaguen. Un maestro debería estar en capacidad de poder hacer eso y no depender que el gobierno prohíba los celulares.

Prohibir es una medida radical…

Es una medida desesperada, es tapar el sol con la mano, ¿qué van a hacer esos chicos?, digamos que los que estén en colegios privados no van a verse afectados por esa norma, porque así funciona en todos los sistemas, y ellos van a estar en ventaja, van a ser ciudadanos digitales o ciudadanos con un desempeño digital mayor. La tecnología, si no tenemos cuidado, no reduce brechas, las abre.

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