Hoy se conmemora el Viernes Santo en la Iglesia, uno de los días más dolorosos para el cristianismo. En este día, Jesucristo es crucificado para salvarnos de nuestros pecados. En ese sentido, se recuerda la pasión y muerte de Cristo, que los creyentes conmemoran de diversas formas.
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En primer lugar, se encuentra la Liturgia de la Pasión del Señor y el Via Crucis. Asimismo, también se practica el ayuno. Esta acción se realiza para identificarse con el sufrimiento de Jesús, quien también ayunó para preparase para su muerte. Asimismo, también es una forma de penitencia y autocontrol que sirve de preparación para pascua de resurrección. Al realizar esta acción, los fieles purifican su corazón.
Además, el ayuno también permite que los fieles puedan orar de una forma más espiritual, ya que aleja las distracciones y recuerda que existe un hambre más fuerte, que es el espiritual.
Según el Código de Derecho Canónico, todos los fieles entre 18 y 59 años están llamados a ayunar. Sin embargo, existen excepciones como personas con problemas mentales, enfermas, mujeres embarazadas o que den de lactar, obreros e invitados a comidas que no pueden excusarse debido a que podrían ofender gravemente al anfitrión u otras situaciones morales, así como la imposibilidad de realizar o mantener el ayuno.
Así es como los cristianos conmemoran a Jesucristo, quien fue crucificado en el monte Calvario desde donde pronunció las palabras “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” y “En tus manos encomiendo mi espíritu”.
Tras su muerte, su cuerpo fue sepultado en la tumba que ahora es denominada el Santo Sepulcro, donde se mantuvo hasta su resurrección dos días después.
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