Esta semana, y después de casi ocho años, el Ejecutivo, junto con el gobierno de Canadá, firmó el contrato para el servicio de asistencia de la tercera etapa de Chavimochic (La Libertad). Tanto en esa ceremonia como en otras relacionadas con el sector agrario, el gobierno peruano ha manifestado que trabajará para que, además de la obra en mención, salgan adelante otros proyectos de irrigación que están paralizados desde hace varios años, como Majes Siguas II (Arequipa),Alto Piura (Piura) y Chinecas (Áncash).
¿Qué significa para el Perú que estos proyectos por fin salgan adelante? De acuerdo con el presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP),Gabriel Amaro, para empezar, se generarían aproximadamente 455,000 empleos directos y 695,000 indirectos.
“Esta agricultura moderna puede sacar adelante a los peruanos. Son obras que se encuentran en diferentes zonas del país, porque incluso hay otras que no se están contemplando, pero que ayudarían al sector, como una que tenemos en Ica”, aseguró.
Además del empleo, los cuatro proyectos también significan más ingresos para el país. El representante de AGAP explicó que la inversión acumulada entre ellos asciende a aproximadamente US$3,875 millones.
A esto hay que sumarle, explicó, las nuevas hectáreas de tierra que se sumarían, que ascienden a 171,000. Además, hay tierras que serán mejoradas y que suman alrededor de 111,000 hectáreas.
“Perú puede convertirse en una potencia mundial en lo que son agroexportaciones. Actualmente, llegamos a 150 países con estos productos y podemos llegar a más, así como aumentar la diversificación de nuestros envíos”, indicó.
Para el exministro de Desarrollo Agrario y Riego Milton Von Hesse, cuando salgan en marcha los cuatro proyectos de irrigación, también tendrán un impacto en las agroexportaciones peruanas. El año pasado, los envíos de este sector superaron los US$10,000 millones.
“El impacto es fuertísimo. Si tuviéramos ese mundo ideal, con los proyectos en marcha, se duplicaría la oferta exportadora del Perú, pero para eso también se requiere una política de Estado”, agregó.
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REGLAS CLARAS
Ambos consideraron necesario que, así como se plantea impulsar las obras de irrigación que están paralizadas, también se debe trabajar por sacar adelante una norma que impulse al sector.
Como se recuerda, hace casi cuatro años el Congreso derogó la Ley de Promoción Agraria, la cual dinamizaba las actividades del sector agropecuario y agroindustrial. Esta decisión tuvo un impacto en el empleo y las inversiones.
“Ningún inversionista va a arriesgar su capital si no tiene las reglas claras. Lamentablemente, hubo este ataque desde la izquierda a la institucionalidad y en los últimos años se han notado menos inversiones significativas”, resaltó Milton Von Hesse.
Por ese motivo, señaló que es necesario acelerar la creación de una norma que ayude a promocionar el agro, tomando en cuenta, además, que el año pasado este rubro sufrió su peor resultado en casi 30 años.
En la misma línea, Gabriel Amaro, indicó que la derogación de la norma dio un mensaje al mundo de que el Perú “no respetaba la estabilidad jurídica”, por lo que destacó la urgencia de contar con una nueva iniciativa.
“Se están perdiendo miles de empleos. Solo en febrero fueron como 100,000, y se está alejando la posibilidad de la formalización”, comentó.
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