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La situación fiscal luce más complicada que la monetaria, que ya cuenta con más holgura como lo señalamos en nuestra entrega anterior (ver “Economía a la vena” del 21/01/24).

No se cumplió la meta fiscal en el 2023 (2.8% del PBI vs 2.4% objetivo),pues la recesión pasó factura y contrajo los ingresos. La agenda para el 2024 apunta a cumplir un objetivo aún más retador: 2% del PBI, considerando que las clasificadoras de riesgo han advertido que, de no cumplir la meta por segundo año, la probabilidad de una degradación de nuestro rating crediticio es mayor.

Un primer punto de la agenda fiscal es la recuperación de la recaudación, que se contrajo -6.5%. La expectativa oficial de crecimiento económico de 3% es viable, debido a la intensidad débil con la que esta viniendo El Niño. Pero parece no ser suficiente. El MEF ha empezado a mover clavijas y anunció un aumento del impuesto selectivo al consumo (ISC),que en un contexto de recesión ha recibido la desaprobación de diversos gremios empresariales. La recaudación de los rubros afectados (cerveza, cigarrillos y bebidas alcohólicas) cayó -3% el año pasado. Las recientes medidas no parecen ser materiales ni sobre la recaudación, ni sobre la inflación.

El segundo punto es el gasto, que no sumó en 2023, pues se contrajo -2.5% según el BCRP. El gasto se contrajo principalmente por menores transferencias en los tres niveles de gobierno; mientras que aumentó en remuneraciones (+3.2%),bienes y servicios (+4.7%, incluyendo gastos de mantenimiento),y el relacionado a inversión (+13.6%),incluyendo el plan “Con Punche Perú”, que recién cobro mayor visibilidad en los últimos meses del año. La agenda comprende aumentar la eficiencia, considerando que “Con Punche Perú” ya agarró tracción (resta ejecutar cerca del 30%),impulsar la ejecución de obras a cargo de la Autoridad para la Inversión en Infraestructura (con un presupuesto de 0.4% del PBI),y un mayor ritmo de inversión a nivel de gobiernos subnacionales, que en este segundo año de gestión ya deberían de haber superado la curva de aprendizaje del primer año. La intensidad débil de El Niño debería facilitar estos objetivos.

El tercer punto es la gestión de riesgos. Hemos pasado de El Niño a PetroPerú. La clasificadora Fitch recortó tres peldaños -situación inusual- (a “B+),con perspectiva “negativa”, al cambiar la postura del gobierno respecto de su apoyo financiero (equivalente a 1% del PBI),lo que evidentemente complicaría alcanzar la meta fiscal por segundo año consecutivo.

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